martes, 18 de agosto de 2009


La Sociedad Médica del Hospital Vargas continua tratando de reunirse con Carlos Rotondaro, ministro de salud a fin de proponer soluciones a la crisis que ha limitado significativamente la capacidad del hospital de servir adecuadamente a la población en su área de influencia

El presidente de la Sociedad Médica del Hospital Vargas, Reinaldo Contreras, solicitó "que nos reciban y se den cuenta que lo que estamos planteando es un problema de todos, de las comunidades, de personas desposeídas que tienen que asistir a un centro de salud y se encuentran con centros deteriorados".

La Sociedad de Médicos del Hospital Vargas convocaron a una marcha mañana junto a los sindicatos de obreros y empleados de los hospitales de Caracas para protestar por la violación del contrato colectivo y para demandar la culminación de las obras de remodelación del Hospital Vargas, que se han prolongado por más de 3 años, y que han eliminado las áreas quirúrgicas del hospital.

domingo, 16 de agosto de 2009

"Una Voz por el Vargas"


"Una Voz por el Vargas" Maria Cristina Di Prisco
15/08/2009 de Analitica.com

Conversaba con un joven médico venezolano, neurocirujano egresado del post grado del Hospital Vargas de Caracas pero que obligatoriamente finalizó su último año de especialización en otro hospital, donde con mucho esfuerzo y poco apoyo, logró alcanzar el número de intervenciones quirúrgicas requeridas para obtener su título de especialista. Estos acontecimientos, inéditos en la historia de nuestros hospitales y Facultades de Medicina, son ya un denominador común en los jóvenes médicos del país. Y es que el Vargas sufre hoy la crisis más grave de su historia.

El Vargas, fundado en 1891, fue el centro más importante para la época, con gran influencia en el desarrollo docente de la medicina. Desde entonces, ha continuado sirviendo a los más necesitados prestando sus servicios asistenciales y docentes con orgullo, honestidad y mística. Desde hace 2 años soporta una engañosa remodelación lo que ha ocasionado la paralización progresiva de sus actividades.

Mientras estudié mi carrera y como profesional comprobé la importancia de su actividad siempre de vanguardia, impartida por especialistas con los más avanzados conocimientos adquiridos dentro y fuera del país, expertos en sus áreas, pero sobre todo con la capacidad de transmitir valores éticos y morales a los estudiantes. No descuidaron resaltar cualidades como honestidad y mística en el ejercicio profesional. Así fueron siempre los profesores del Vargas, así fueron mis maestros.

La destrucción del Hospital Vargas no es aislada, se anota en conjunto con la desatención de hospitales centrales y regionales, destrucción que solo se explica por ignorancia e ineptitud. Los hospitales carecen de los insumos necesarios para funcionar, déficit de camas y de médicos. Con sorpresa y dolor vemos como el tratamiento del actual gobierno hacia los centros asistenciales y docentes produce parálisis y retraso en el avance de la medicina y disminuye el acceso de los venezolanos a los servicios de salud pública. La misión Barrio Adentro, que en su concepto de atención primaria podría haber sido exitosa, fue creada equivocadamente desplazando a los médicos venezolanos, como la alternativa a todos los problemas salud, ya tiene casi el 40% de sus módulos cerrados. El caos del sistema de salud responde a la forma de trabajo de este gobierno: tomar decisiones excluyendo a los expertos.

Las grandes carencias de las políticas de salud de este gobierno es lo que viven los jóvenes especialistas venezolanos, despavoridos, sin la posibilidad de trabajar en centros bien dotados y seguros, sin la posibilidad de recibir salarios acordes con la responsabilidad que su profesión les exige y sin la atracción de poder aplicar sus conocimientos en pro de los más necesitados, huyen hacia la medicina privada o hacia otras latitudes. El éxodo de profesionales complica más el cuadro, hoy y por primera vez en la historia de la docencia médica venezolana, quedan vacíos los postgrados y renuncian los profesionales más experimentados. Este es el legado que está dejando este gobierno a la medicina venezolana.

Nos toca a todos, profesionales y comunidades, luchar por la preservación y mejoramiento de los centros hospitalarios y a las Facultades de Medicina exigir una docencia médica de calidad. La calidad de la enseñanza que nace en el esfuerzo de la investigación científica en las universidades, la que proporciona conocimientos y desarrollo tecnológico y la que enriquece al individuo y consolida su conducta con principios y valores, única manera de formar médicos acorde a las necesidades de la sociedad.

EL TRISTE EPILOGO


Rafael Muci-Mendoza


El capitán del buque es un militar inane en ciencia...


Vista en perspectiva, las etapas por las que se ha desenvuelto la medicina nacional incluyen las siguientes, que designaremos con números:


(1). FUNDACIÓN (1763). Iniciada antes de la existencia de la Capitanía General de Venezuela con la creación de la Cátedra de Medicina en la Universidad Real y Pontificia de Caracas, y luego con la institución del Protomedicato; obra del ilustre médico mallorquín, Lorenzo Campins y Ballester.


(2). REFORMA (1827). José María Vargas, primer rector seglar de la republicana Universidad Central de Venezuela. Con él se gesta la medicina científica y los cimientos para su ulterior desarrollo.


(3). TRANSFORMACIÓN (1891). Tres hechos la definen: Fundación del Hospital Vargas, concepción de los internados y externados en el mismo hospital y creación de cátedras experimentales de fisiología, microbiología e histología.


(4). MODERNIZACIÓN (1936). Creación del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social y cátedras clínicas en todas las especialidades médicas, época de ebullición y gestación, de anhelo de reformas y mejoras.


(5). INVOLUCIÓN DE LA MEDICINA PÚBLICA Y EVOLUCIÓN DE LA PRIVADA (DÉCADAS 70 Y 80). Traída de la mano por la politización de la salud y la pérdida de los valores éticos, herencia de nuestros antecesores.


(6). LA ENTREGA Y EL DESHONOR (1999) Deslave de Vargas. Imposición y ocupación silenciosa por cubanos mercenarios de pobre preparación profesional para decidir el destino de la salud de un venezolano que le es ajeno. Un ministerio de salud paralelo sin brújula ni sextante. El acabose de la red primaria y hospitalaria. Fuga de cerebros. Quiebre de Barrio Adentro, nonato y malparido del dinero fácil.


El capitán del buque es un militar inane en ciencia.


Los músicos del Titanic tocan mientras el barco se hunde...


RAFAEL@MUCI.COM

martes, 4 de agosto de 2009

El Hospital Vargas

Las salas quirúrgicas del Vargas tienen más de dos años en una interminable remodelación

Todavía bajaba la neblina del Ávila en los pasillos del ala norte del Hospital, cuando aquella mañana del 15 de diciembre de 1979, nos disponíamos a presentarnos los tres residentes de primer año de cirugía que habíamos quedado escogidos a través de la selección hecha por la Universidad Central de Venezuela para el servicio de Cirugía III.

Como nos habíamos graduado en dicho centro no hubo muchas vueltas que dar y fuimos directo a dar dizque a la oficina del Dr. Fernando Rubén Coronil, al lado izquierdo de la sala 15, tocamos el picaporte de la vieja puerta, él mismo nos abrió, eran aproximadamente treinta metros cuadrados de piso de losa y paredes húmedas y frías, un viejo escritorio donde las sillas eran todas de madera y se nos permitió sentarnos.

El lado izquierdo estaba tutelado por el busto del Dr. Miguel Pérez Carreño y detrás de su silla dos banderas que se entrecruzaban en la mitad del escritorio, una de Venezuela y la otra de la Sociedad Venezolana de Cirugía. Nos atendió sin sonrisa y con respeto y nos dijo: "ustedes son mis manos y mis ojos, porque finalmente el responsable de lo aquí suceda soy yo", y recalcó "aquí no se viene a traer problema sino a resolver".

En el acto entendimos que no había excusa para hacer lo que se debía hacer. También nos regaló un ejemplar de su discurso en el VII Congreso Venezolano de Ciencias Médicas que intituló "Doctrina de la Cirugía" que era exactamente como la percibía, un apostolado donde lo más importante es el paciente desnudo de clase social, política, cultura y religión, lo importante era que era nuestro paciente; y así nos dimos cuenta que el tiempo y la distancia eran cortas para resolver problemas.

Por ejemplo, no se rotaban las guardias y eran fijas los sábados y el grupo restante asistía a la reunión del servicio el mismo día, sin que se moviera un alma hasta discutir el último paciente.

La construcción del Vargas con estricta disciplina fiscal (1988-1991) y la creación de las cátedras de Clínica y Patología Quirúrgicas, fueron indudablemente las bases de la organización de la enseñanza de cirugía en Venezuela, allí sentaron cátedra Pablo Acosta Ortiz con más de dos mil intervenciones y de allí salieron sus discípulos con los tropiezos del régimen político que mandó a encarcelar en 1908 al Dr. Rosendo Gómez Peraza por haber diagnosticado dos casos de Peste Bubónica en La Guaira por alarma.

Además de las penurias económicas a lo que se refería el Dr. José Gregorio Hernández durante la pandemia de gripe "Española" en 1918 "al pueblo lo está matando el hambre, no la gripe". En 1936 cuando cae la dictadura hay un renacer de actividades y los hombres y mujeres del Hospital toman la responsabilidad de formar parte del conglomerado social al cual se deben.
Es como un desquite ante la dictadura que inhibió la mayor parte de las iniciativas.

Ese era el mismo Hospital donde vivió y murió el Dr. José Gregorio Hernández aquel fatídico domingo del 29 de junio de 1919, donde fue asistido en los momentos de su agonía por el propio Luis Razetti en un cuarto a la izquierda de la entrada principal. Después de las exequias fúnebres en el Paraninfo de la antigua Universidad Central fue trasladado a la catedral de Caracas, donde una multitud nunca antes vista del pueblo caraqueño lo reclama "ese muerto es nuestro" y se lo llevan a enterrar.

Por otra parte fue también el Hospital de Razetti quien introdujo las corrientes filosóficas del positivismo ya con muchos años de atraso, cuando todavía se creía en la teoría de la Generación Espontánea. Retiró el uso del purgante Calomel como tratamiento del Cólico Miserere (Apendicitis aguda) por el tratamiento quirúrgico de las mismas.

Es necesario insistir que el medio Universitario donde él se formó era absolutamente deficiente; le tocó estudiar Medicina Teórica sin cátedras de clínica, sin disección de cadáveres y a base de una paupérrima práctica hospitalaria, ésto es el acicate para emprender la modernización de los estudios médicos en Venezuela. Sea como fuere enseñaba a sus alumnos con sus errores. Como hombre público fue de una sola pieza demócrata por convicción y como pensador, creyente acérrimo de la libertad del pensamiento y de la conciencia.

Sin embargo, las salas quirúrgicas del Vargas tienen más de dos años en una interminable remodelación, siendo abandonado ya por los residentes de cirugía con toda razón, mientras agoniza el espíritu de la "Doctrina de la Cirugía" ante la ignominia de los responsables, cuando instituciones privadas como el Hospital de Clínicas Caracas remodeló toda su área quirúrgica sin cancelar un plan de intervención.

Será que los pacientes de cirugía del Hospital Vargas de Caracas son seres disminuidos desde el punto de vista bio-psico-social: por estar enfermos y no tener recursos recurren a hospitales públicos donde el derecho a la salud de una manera desmoralizante se convierte en una dádiva nominal.

Es obvio que no representan ninguna rentabilidad política, pero se equivocan los que así piensan porque el espíritu del Vargas, el mismo del Dr. Hernández, Razetti y muchos más prevalecerá, como dijo Jesús de Nazareth ante la suplica "Señor cura mi vida, bajo el amor de tu mirada buena", respóndele Jesús: "Vivir es una herida que sana con amor a la herida ajena".

Profesor de la Escuela Vargas UCV

jisaacpoly@yahoo.com