Aquel enorme hospital construido sobrancero en camas con ciencia y amor por ingenieros venezolanos y poblado de médicos propios, ha devenido en lancinante mueca. Su población médica y de estudiantes de medicina ha disminuido en forma alarmante; la savia elaborada de la medicina patria se escapa en pos de ignotos horizontes porque aquí ya no es querida.
Quienes se creen en posesión del país en medio de mañas y tropelías, cambiaron oro por cuentas de cristal. Ahora los invasores cubanos imponen una forma aberrante de enseñar medicina, más nunca científica. Jóvenes venezolanos engañados pertenecientes a una medicina llamada integral comunitaria ocupan hoy espacio en sus salas. A los pobres se les ha vendido una quimera:
La medicina comunista ya no enseña más a la cabecera del paciente con historias clínicas coherentes como establecieron Sydenham, Boerhaave y nuestros maestros; ahora, en ausencia del paciente y su dolor, un computador inanimado dice mostrarles cómo aliviar y cómo curar.
Es lastimoso que ignaros profesores cubanos no les enseñen cómo examinar y tengan que ir a mi hospital para hacer ¨prácticas¨ en ausencia de bases para ello, lanzados al océano del ejercicio médico sin saber cómo nadar…
Los médicos venezolanos envueltos en nuestro egoísmo y mezquindad, hemos ignorado advertencias y cohonestado la insolente presencia del cubano que se alza sobre nuestra historia; mansos convivimos con el enemigo ¡Un caso nunca visto en los anales del decoro!
La tékne iatriké hipocrática se fundamentaba en una sabia máxima, ¨Un sabe hacer, sabiendo por qué se hace lo que se hace¨. Cómo me duele el engaño a estos jóvenes que serán los futuros ¨médicos¨ de todos los venezolanos, incluidos usted y yo, y que desconocen los elementos básicos del arte porque fueron engañados.
rafael@muci.com
La tékne iatriké hipocrática se fundamentaba en una sabia máxima, ¨Un sabe hacer, sabiendo por qué se hace lo que se hace¨. Cómo me duele el engaño a estos jóvenes que serán los futuros ¨médicos¨ de todos los venezolanos, incluidos usted y yo, y que desconocen los elementos básicos del arte porque fueron engañados.
rafael@muci.com