viernes, 23 de diciembre de 2011

Hospitales inhóspitos...

por  Dr. Rafael Muci-Mendoza

El hospital está militarizado, la ineficiencia se entronizó, la compasión no existe... De acuerdo al DRAE el vocablo "hospital" tiene origen en la voz latina "hospitalis", que significa "afable y caritativo con los huéspedes".

Los hospitales deben, pues, brindar "hospitalidad" o "virtud que se ejerce con los menesterosos y desvalidos, dispensándoles buena acogida y recibimiento, y prestándoles la debida asistencia a sus necesidades".

Veinticinco siglos atrás, Platón (Atenas, 427-347 a.C.), en un notable pasaje de "Las Leyes", describía dos tipos de relaciones entre médicos y pacientes; se me antoja adscribirla ahora a la relación del Estado y el enfermo: una que denominó medicina beneficiosa para los hombres libres, dechado de buen hacer; y la otra, la medicina de esclavo, empírica, con aires de conocimiento absoluto, brusca y dictatorial, donde la prisa domina y nunca se dan explicaciones.

 Hemos caído en el profundo bache de la barbarie; sabiéndose a buen resguardo, los burócratas han mostrado profunda indiferencia ante el dolor humano.

Un caso es del Hospital Vargas de Caracas, oráculo de la medicina nacional. Hasta hace poco los pacientes agitados o en estado estuporoso morían dentro de las salas por fractura del cráneo al caer de camas sin barandales. Ahora también fallecen fuera de ellas.

Hace 4 años abrieron unas trincheras a todo lo largo de los patios centrales en la vertiente oeste de las salas de medicina y cirugía. Pocos días atrás un desventurado paciente, ya de alta, cayó en la zanja, tuvo una fractura de cráneo y falleció. La dirección parió una idea luminosa, prohibir a los internados salir de las salas...

 El hospital está militarizado, la ineficiencia se entronizó, la compasión no existe, la responsabilidad es palabra inexistente, el compromiso con el paciente también lo es, sólo hay medicina de esclavo.

rafael@muci.com


 Esta es la zanja de marras, sin aparente propósito de solucionar algo, fue abierta hace 4 años.
La foto corresponde a las salas de medicina, la tomé desde la Sala 3 mirando hacia el norte y hacia al sur.

lunes, 12 de diciembre de 2011



RESCATEMOS LA CASA QUE VENCE LA SOMBRA

lunes, 24 de octubre de 2011

Pronunciamiento - Academia Nacional de Medicina

Viernes, 21 de octubre de 2011 13:38

PRONUNCIAMIENTO DE LA ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA

La Academia Nacional de Medicina, corporación oficial, científica y doctrinaria que representa la ciencia médica nacional, así consagrado en el

Artículo 1º de su Ley Orgánica:

CONSIDERANDO: Que los médicos egresados de las universidades nacionales a lo largo de su desempeño han demostrado competencia y excelencia en su formación profesional y atendido exitosamente a la población venezolana, ello demostrado históricamente con la erradicación de enfermedades endémicas y epidémicas, lo que ha logrado aumentar la expectativa de vida de nuestra población, equiparándola a la de las naciones desarrolladas. 

CONSIDERANDO: Que se ha instaurado un sistema de enseñanza paralelo de la medicina carente de programas académicamente sustentables e inmersos en principios ideológicos no afines con la esencia de nuestra noble profesión; sin formación adecuada y sin aprobación del Consejo Nacional de Universidades como establece la Constitución. 

CONSIDERANDO: Que los egresados de este sistema paralelo carecen de la formación docente sistemática y de la práctica clínica a la cabecera del enfermo, indispensable para la orientación diagnóstica adecuada y la correcta indicación del tratamiento. Su mecanismo de enseñanza está basado en actividades orientadas con ayuda de videos, computadoras y guías fotográficas, sin aplicar las reglas elementales del examen clínico; así mismo, no tienen ninguna formación pediàtrica, obstétrica y quirúrgica. 
 
En razón de esta angustiosa y lamentable situación la Academia Nacional de Medicina, con el mayor sentido democrático, declara:


1º Los cursantes egresados de estos estudios paralelos no están capacitados para la atención médica de la población

2º Hacemos un llamado a la población para que ejerza su derecho a ser atendida por profesionales competentes en el ejercicio médico, certificados académicamente de acuerdo a nuestra legislación vigente.

3º Uno de los aspectos que describe el progreso de la formación médica nacional fue la creación de los postgrados médicos universitarios, siendo nuestro país el pionero en América Latina.

4º Este pronunciamiento tiene por finalidad evitar una catástrofe en el sistema de salud venezolano y en el cual los grandes afectados serán los estratos poblacionales de menores ingresos.

5º Finalmente exhortamos a la Asamblea Nacional a tomar en cuenta estas Consideraciones al momento de hacer modificaciones a las leyes inherentes al ejercicio médico en Venezuela. 

Aprobado por unanimidad y firmado por la Asamblea General de la Academia Nacional de Medicina. en Caracas, a los veinte días del mes de octubre de 2011.

Firmas continúan -- ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA
CARACAS – VENEZUELA

Comunicado de la Escuela de Medicina José María Vargas


Escuela de Medicina José María Vargas
Facultad de Medicina, UCV
 Consejo de Escuela
Comunicado
  
El Consejo de la Escuela de Medicina “José María Vargas” de la Universidad Central de Venezuela, desea informar a la comunidad universitaria, a los gremios y sociedades médicas y a la opinión pública general lo siguiente:  
1. La Escuela de Medicina “José María Vargas”, como institución formadora de recursos de salud, Médicos Cirujanos y Citotecnólogos, no fue consultada y no ha participado en la recepción, preparación y valoración de los estudiantes de la carrera Medicina Integral Comunitaria ( MIC), que fueron incorporados a partir del año 2010, en los servicios de los Hospitales Vargas de Caracas, de Niños JM de Los Ríos y Maternidad Concepción Palacios, en los que sus alumnos realizan actividades de prácticas clínicas.
 2.    La atención y evaluación de los estudiantes de la carrera Medicina Integral Comunitaria (MIC), quedó bajo la responsabilidad de las Direcciones de las antes mencionadas instituciones de salud, a través de personal médico asistencial seleccionado y, si bien muchos de esos médicos están adscritos a la planta profesoral de esta Escuela de Medicina, la participación de los mismos en las actividades docentes con alumnos de la carrera Medicina Integral Comunitaria (MIC), fue hecha como personal asistencial de esos hospitales y no como docentes de la Escuela de Medicina “José María Vargas”
 En vista del desempeño poco satisfactorio  de más del 80% de los estudiantes de la carrera Medicina Integral Comunitaria  (MIC) que fueron asignados a los tres hospitales anteriormente mencionados, evidenciado mediante los instrumentos que sobre los conocimientos, habilidades y destrezas fueron determinados por la Universidad Bolivariana de Venezuela, el Consejo de Escuela de Medicina “José María Vargas”, sugiere a la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela propicie un acercamiento a las instituciones formadoras y receptoras de los futuros egresados de la Carrera Medicina Integral Comunitaria (MIC), para iniciar un profundo análisis de la formación de los recursos de salud del país, que permita formar profesionales: 
 a.    Con conocimientos adecuados a los fundamentos de la Medicina;
b.    Capaces de comprender y aplicar el método científico;
c.     Que puedan evaluar la estructura, funciones y comportamiento del hombre, la  mujer, el adolescente y el niño en situación de salud o de enfermedad;
d.    Capaces de analizar la relación existente entre estado de salud y entorno físico y social;
e.    Capaces de emplear instrumentos y prácticas clínicas que le proporcionen la visión integral de la persona atendida y le permitan actuar de manera coherente, armónica y ética para la promoción de salud, prevención de enfermedades, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y recuperación de las patologías más frecuentes en el país.
 En otras palabras, formar egresados de calidad, capaces de desempeñarse de manera adecuada, pertinente y ética en todos los niveles y modalidades del sistema de salud del país.
 El avance de la carrera Medicina Integral Comunitaria hasta la culminación y graduación inminente de la primera promoción de 8.300 bachilleres, se ha hecho ignorando entre otras cosas :
 ·      La Constitución Bolivariana de Venezuela que en su artículo 85 establece que “se coordinará con las universidades las políticas de formación de recurso humano en Salud”, sin embargo se han excluido  las Universidades nacionales con mayor experiencia en la formación de profesionales de la salud y en investigación biomédica y se ha preferido a Universidades que en algunos casos no tenían Facultad  o Escuelas de Medicina para el momento de inicio de la carrera Medicina Integral Comunitaria ( MIC)
 ·      La Ley del ejercicio de la Medicina vigente, que establece en sus Artículos 3 y 4 que para  el ejercicio legal de la Medicina es necesaria la obtención del titulo de Médico Cirujano o de Doctor en Ciencias Médicas  
 ·      El objetivo original de la carrera de graduar médicos integrales comunitarios para realizar principalmente la atención de la comunidades y desarrollar la estrategia de Atención Primaria de Salud en el primer nivel de atención,  desvirtuándolo ahora según el anuncio de la Ministro del  Poder Popular para la Salud,  al incorporarlos a los Hospitales rurales y especializados existentes en el territorio nacional, para su posterior ingreso  en 1 año a los postgrados que se ofrecen en el país. ( RNV Octubre 2011)
 ·      Las competencias de la OPSU responsable del seguimiento académico administrativo de la carrera Medicina Integral Comunitaria (MIC), según la disposición del CNU ente responsable del otorgamiento de titulo de MIC, para transferir ahora,  la gestión de la carrera al Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, (Gaceta Oficial 39.698. 17 de junio de 2011).
 ·      Las Declaraciones o comunicados de profesores universitarios, ex autoridades de salud, cuerpos federativos, etc., llamando a la reflexión, en beneficio de la de la Salud de la población venezolana y de la seguridad para el ejercicio profesional de los estudiantes de la carrera Medicina Integral Comunitaria (MIC).
 ·      Los derechos que tienen los enfermos de “exigir de los médicos que los asistan y de los demás integrantes del equipo de salud, un elevado grado de competencia profesional” establecidos en el artículo 69 del Código de Deontología Médica  
 Es por ello, que ante la inminente incorporación de egresados de la carrera Medicina Integral Comunitaria (MIC) a los Hospitales generales y especializados del país para atender la salud de la población, sin pruebas de que hayan recibido y adquirido las competencias, los conocimientos y el entrenamiento clínico y terapéutico suficientes para el ejercicio de la medicina, queremos expresar nuestra preocupación sobre las consecuencias que esta acción tendrá sobre la salud de la población y sobre el futuro de la educación médica venezolana regida hasta ahora por altas exigencias de calidad, rigor científico, solidez académica y compromiso social, evidenciados por el desarrollo  sostenido  de la medicina nacional y los logros indiscutibles en la investigación biomédica, la generación de conocimientos, el mejoramiento de los indicadores de salud y el control de las enfermedades en la población venezolana.   
 Caracas, 19 de octubre de 2011
 Dra. Yubizaly López 
Directora, Presidente del Consejo.

miércoles, 1 de junio de 2011

MIERCOLES DE PARO

La Federación de Médicos de Venezuela convocó a un paro de seis horas para este miércoles, el cual se está cumpliendo.

El vocero de los médicos residentes del Hospital Vargas Carlos Marín aseguró que el área de cirugía también se encuentra paralizada por la falta de anestésico.

Marín denunció que en el hospital se mantiene la falta de insumos.

Los médicos del Vargas pidieron a sus colegas que se sumen a la paralización.

viernes, 15 de abril de 2011

Elogio de la insensibilidad

Rafael Muci-Mendoza |

¿Cómo pudo ser retrasada 17 meses el inicio de la campaña de inmunización?

¿Cómo sucedió si hasta la saciedad fueron advertidos? ¿Cómo teniendo las vacunas para la influenza pandémica A (H1N1) no fueron aplicadas al menos a la población susceptible? ¿Cómo pudo ser retrasada 17 meses el inicio de la campaña de inmunización? ¿Cómo es que no sabían que a una pandemia sigue una onda pospandémica situación que pudo ser prevenida? ¿Quién paga las personas muertas, el dolor de las familias, el dolor de un país abandonado a su suerte por una cáfila de ignorantes? ¿De quién es la culpa?

¿Cómo el presidente Chávez colocó a dedo ministros militares ignaros, que nada sabían de medicina y que nunca buscaron asesoramiento? Shame on you! dirían en el imperio despreciado, ¿Lo sentirá en su corazón? ¿Lo llevará como mancha indeleble que le martirice todos los días? Tal vez no, él sabe que mucho más de la mitad del país ya no lo quiere; son escuálidos a los cuales hay que arrasar con cualquier pretexto, con cualquier arma, aunque sea una pandemia viral no atajada a tiempo.

Igual ocurre con la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH). ¿Sabían en el MPPS que es el productor del cáncer del cuello uterino, la primera causa de muerte en la mujer venezolana? ¿Saben que existe una vacuna eficaz para prevenirla? ¿Por qué no la han implementado?

A lo largo de 11 años, la conducción errática del ministerio de Salud por mentes marginales, y la desaparición del Boletín Epidemiológico Semanal para ocultar la situación de salud del país, trajo como reacción de médicos venezolanos responsables, la creación de la Red de Sociedades Científicas de Venezuela con sus densos alertas epidemiológicos, ya en su versión # 177. Allí se educa, allí no se ocultan cifras; cada uno de ellos es una bofetada a los cubanizados del portal del MPPS.

rafael@muci.com

miércoles, 16 de marzo de 2011

Viraje hacia el pasado…

Desacelero el paso ante la nívea estatua desde donde otea el doloroso tránsito del hospital que lleva su nombre, hacia un pasado que creíamos superado… Mientras rehúyo la mirada denunciante y de reclamo que parece dirigirme, no tengo excusas ni palabras para hacerle entender lo inentendible. 

Aquel enorme hospital construido sobrancero en camas con ciencia y amor por ingenieros venezolanos y poblado de médicos propios, ha devenido en lancinante mueca. Su población médica y de estudiantes de medicina ha disminuido en forma alarmante; la savia elaborada de la medicina patria se escapa en pos de ignotos horizontes porque aquí ya no es querida.

Quienes se creen en posesión del país en medio de mañas y tropelías, cambiaron oro por cuentas de cristal. Ahora los invasores cubanos imponen una forma aberrante de enseñar medicina, más nunca científica. Jóvenes venezolanos engañados pertenecientes a una medicina llamada integral comunitaria ocupan hoy espacio en sus salas. A los pobres se les ha vendido una quimera:

La medicina comunista ya no enseña más a la cabecera del paciente con historias clínicas coherentes como establecieron Sydenham, Boerhaave y nuestros maestros; ahora, en ausencia del paciente y su dolor, un computador inanimado dice mostrarles cómo aliviar y cómo curar.

Es lastimoso que ignaros profesores cubanos no les enseñen cómo examinar y tengan que ir a mi hospital para hacer ¨prácticas¨ en ausencia de bases para ello, lanzados al océano del ejercicio médico sin saber cómo nadar…
Los médicos venezolanos envueltos en nuestro egoísmo y mezquindad, hemos ignorado advertencias y cohonestado la insolente presencia del cubano que se alza sobre nuestra historia; mansos convivimos con el enemigo ¡Un caso nunca visto en los anales del decoro!

La tékne iatriké hipocrática se fundamentaba en una sabia máxima, ¨Un sabe hacer, sabiendo por qué se hace lo que se hace¨. Cómo me duele el engaño a estos jóvenes que serán los futuros ¨médicos¨ de todos los venezolanos, incluidos usted y yo, y que desconocen los elementos básicos del arte porque fueron engañados.

rafael@muci.com

miércoles, 23 de febrero de 2011

A mis compañeros de Cátedra y del Hospital Vargas de Caracas

Carta abierta
A mis compañeros de Cátedra y del Hospital Vargas de Caracas; a las autoridades y profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela y en particular de la Escuela de Medicina ¨José María Vargas¨;
a otros miembros de la comunidad universitaria; a mis alumnos de pregrado y cursantes de postgrados de medicina interna, de oftalmología de los Hospitales Vargas, Rísquez, Domingo Luciani y Militar, al postgrado de neuro-pediatría del Hospital Pérez Carreño y postgrado de neurología de la Universidad de los Andes.

El 18 de junio de 2010, conjuntamente con otros destacados médicos venezolanos[1], suscribí un documento intitulado ¨Consideraciones sobre la incorporación de 8.581 estudiantes de la carrera de Médicos Integrales Comunitarios a los hospitales públicos¨, un problema que ya fuera planteado en cartas y comunicados desde julio del 2007 y del que extraigo textualmente algunos párrafos

¨El documento señaló de forma terminante que el diseño curricular de las carrera de Médicos Integrales Comunitarios resultaba ser prácticamente el pensum de carreras similares que se cursan en Cuba, con un alto contenido ideológico que “pareciera ser un objetivo esencial en su diseño, lo cual está en contra de los principios fundamentales de la educación y especialmente de la educación universitaria, basada en que el alumno pueda ejercer libremente el análisis y la discusión de todas las ideologías, libertad que es atributo fundamental de las universidades….” ¨

Como afirmamos en el Manifiesto de julio de 2007 al cual hemos hecho referencia, “no se les ha brindado la posibilidad que nuestras facultades de medicina ofrecen a sus estudiantes: una carrera con un pensum acreditado, garantía de la obtención de grados y otorgamiento de títulos de indiscutible solvencia académica y profesional”. Por su parte y en relación con los cursantes, el documento finalizaba diciendo, ¨asegurar que la práctica que llevará a cabo este personal esté enmarcada en los estándares internacionales para la educación médica de pregrado, que exige alto compromiso en la formación del médico, en la que deben combinarse, la excelencia en la atención de la salud de la persona, de servicio a la comunidad, de sensibilidad humana y equidad en todos los estratos sociales¨.

Pues bien, en la mañana del pasado lunes 24 de enero de 2011, luego de atender, como es mi ancestral costumbre, a mis pacientes de la Unidad de Neuro-Oftalmología del Hospital Vargas de Caracas, me dirigí a las 9:30 A.M a la Sala 3 con la finalidad de participar en el ritual de la revista médica de sala por tantos años acostumbrado; fue grande mi sorpresa cuando se me comunicó que estarían presentes tres cursantes del programa de Medicina Integral Comunitaria que propicia el estado venezolano en connivencia con la misión cubana. Según se me informó, constituía una ¨colaboración¨ pedida por el Director del Hospital para recibir a seis pasantes divididos en 2 grupos, uno para la Sala 3 y otro para la Sala 2.

Me presentaron a tres mujeres superando la treintena y en gesto de elemental cortesía les ofrecí mi mano. De acuerdo a lo comunicado, serían ¨invitados de palo¨, es decir, que ¨no molestarían, no hablarían, sólo escucharían y sólo tomarían notas¨, como en efecto ocurrió...

Antes de proseguir, debo significar que he permanecido en el Hospital Vargas de Caracas desde 1957, cuando iniciara mi paso por las clínicas en tercer año de medicina; allí recibí información, pero más que todo, formación médica, ética y humanitaria. Me gradué el 5 de septiembre de 1961 y desde entonces mi vida ha permanecido atada al Hospital Vargas de Caracas -53 años; ¡más de medio siglo!-. Solamente durante mi Internado y Residencia en Medicina Interna, recibí mis emolumentos a través del Hospital (Bs. 1.500,oo de entonces).

Luego, ingresé al escalafón universitario ascendiendo progresivamente hasta profesor titular; todos mis trabajos de ascenso fueron laureados y se recomendó su publicación. Desde entonces y hasta el presente, he permanecido como Profesor Titular universitario activo de Clínica Médica, a medio tiempo de contratación, en la Cátedra de Clínica y Terapéutica B de la Escuela José María Vargas de la Facultad de Medicina de la UCV, a la cual ingresé oficialmente el 1º de febrero de 1965 manteniéndome en mi puesto hasta el día de hoy, es decir, exactamente 46 años y una semana de intensa actividad asistencial y académica; ininterrumpida con excepción del período comprendido entre julio de 1978 y julio de 1980 cuando permanecí en el Centro Médico de la Universidad de California, San Francisco donde realicé un entrenamiento en neuro-oftalmología, superespecialidad hasta entonces desconocida en mi país.

Debo manifestar que nunca tomé un tiempo completo por temor a no poder cumplirlo, aunque mi lapso de trabajo se extendió habitualmente entre las 7.00 A.M. y las 11.30 A.M.

Es por ello que mi sueldo actual, me avergüenza decirlo, es de tan sólo Bs.F. 1.331,oo que con las deducciones, termina siendo de Bs.F. 829,36. Se pensará que sólo un imbécil trabajaría por un sueldo tal, pero a decir verdad, nunca laboré por un sueldo sino por amor a mis pacientes –los más desposeídos-, a la memoria de mis profesores, al Hospital al que tanto quiero y debo, a la docencia universitaria a la que he dedicado tiempo, desvelos y puntillosa escrupulosidad, y a mis centenares de alumnos de pre y postgrado, solazándome henchido de orgullo al verlos de mis manos aprender y ser mejores ciudadanos y triunfar en nuestro medio y allende los mares.

En mis charlas dictadas y en artículos médicos publicados en el país o en el extranjero, siempre y con orgullo me he identificado como ¨Médico del Hospital Vargas de Caracas¨, nunca mencionando la institución médica privada a la cual pertenezco. En algún momento y en forma anónima mi supuesta auto designación de ¨Médico del Hospital Vargas¨ con que suscribí muchos artículos de prensa en su defensa, me valió críticas por ¨identificarme como tal sin serlo¨.

He compartido mis actividades de Cátedra con la dirección de la Unidad de Neuro-oftalmología, fundada por mí, única en el país y dependiente económicamente de mi persona y de los Cursos de Fondo del Ojo en la Enfermedad Sistémica que anualmente dicto por más de 40 años; nunca he pedido ni recibido ayuda de mi Escuela ni de la Dirección del Hospital, tampoco se me ha ofrecido. Nunca cobramos un céntimo a nuestros pacientes, considerando nuestro trabajo como una ofrenda y como una obligación.

La Unidad fue designada con mi nombre el 18 de julio de 2003 a pedido de mis propios compañeros de Cátedra y aprobado por el Consejo de la Escuela de Medicina ¨José María Vargas¨ en su sesión # 783 de fecha 15 de mayo de 2003, fundada a mi regreso del Norte en julio de 1980 con material e instrumentos adquiridos de mi propio peculio y a la cual asisto entre las 7.30 A.M. y las 9.30 A.M. viendo una docena de enfermos diarios, intentando solucionar o aliviar sus problemas y de paso, enseñando a los médicos internistas y oftalmólogos que me acompañan lo que considero el arte de la medicina al través de ser un hombre que trata de estar enterado en su oficio, cabal, respetuoso y bondadoso para con mis pacientes y para con mis alumnos.

Tan sólo eso ha sido mi vida hospitalaria…

Volviendo al tema que me ocupará en adelante, tal vez por algún descuido involuntario, no fui informado que estos cursantes asistirían a las revistas de sala, ni que supiera, se hubiera convocado a todos los miembros de la Escuela, del Departamento Médico, de la Cátedra y del Servicio para discutirlo, decidirlo y aceptarlo o improbarlo. Era pues ese lunes, el día en que se consumaba de un hecho cumplido. En razón de ello debo hacer algunas precisiones.

El 8 de julio de 2006 escribí en la sección de Opinión del Diario El Universal de Caracas, 2:9, el siguiente artículo:

¨Oferta fraudulenta…
Rafael Muci-Mendoza


La medicina es profesión de elevada actividad intelectual; nuestro padre Hipócrates, 2500 años atrás trocó el empirismo en medicina que se explicaba el mundo en términos de razón, surgiendo así la medicina científico-natural, disciplina en constante evolución y perfeccionamiento.


La medicina constituye parte neural de la cultura de una época y de un país. La situación no deja de ser al menos triste… Mil quinientos jóvenes bolivianos, adolescentes ilusionados e incautos, masa proclive al engaño, enlabiada y traída a ‘estudiar medicina’ mediante un plan manipulado y contrahecho: 2500 años de progreso continuado reducidos a un año de estudios limítrofes y 5 de práctica, tiempo apenas suficiente para producir un rutinero. Retrocedemos en medio del empirismo revolucionario. Un sistema engañanecios en el que nunca podrán competir con sus pares académicamente formados del primer mundo porque estarán privados de la universalidad del conocimiento, entrampados en estudios superficiales planificados en función política y no científica, resentidos dentro de su propia marginalidad, mesas de tres patas...
Todos los médicos cometemos errores porque la medicina es la ciencia más inexacta de cuantas existen, por tanto insistimos en formarnos bien y brindar adecuada formación a nuestros alumnos suministrándoles las herramientas necesarias para comprender al humano enfermo en todas sus artistas, desde anatomía hasta humanismo y humanitarismo.
Les enseñamos a desconfiar de propias destrezas, a temer a la falsa seguridad de una formación deficiente o fronteriza, no les queremos médicos del montón, les queremos ágiles en el pensar, claros en el diagnosticar, solidarios con el necesitado y ponderados en la indicación terapéutica.
¿Desearían los gestores de este bodrio tener para sus hijos enfermos, empíricos del diagnóstico y la terapéutica…?
rafaelmuci@gmail.com¨

A lo largo de doce años del llamado gobierno revolucionario, los médicos venezolanos hemos sido segregados, insultados, desmerecidos, se nos ha endilgado toda clase de penosos adjetivos, se ha favorecido y forzado una diáspora de más de seis mil médicos jóvenes, nuestros mejores cerebros, nuestra generación de relevo, para implantar dizque una nueva forma de aprender y hacer medicina con ¨médicos¨ que por su formación, tristemente nunca lo serán. Una verdadera falsificación de los estudios médicos, una verdadera estafa. A este respecto, he tenido una posición crítica y clara, y siendo así, sería una incongruencia con mi conciencia, con mis principios y con mis ideas, cohonestar con mi presencia en la que ha sido mi Facultad, mi Escuela y mi Hospital una manera aberrante de enseñar medicina.

¿Conocemos a fondo el pensum de los estudios de estos cursantes? Fuera del tinte ideológico de sus estudios y el empleo de una computadora, ¿Tenemos alguna idea acerca de qué les han enseñado sobre medicina y cuáles son sus destrezas y sus aptitudes? ¿Han conversado estos jóvenes alguna vez con algún humano enfermo y aprendido las bases de la medicina clínica: el diálogo diagnóstico-terapéutico, la nosología y la semiología y el arte de tratar al enfermo que no a la enfermedad?

¿Por qué estos pasantes, que no estudiantes formales, no son enseñados en alguno de los 500 Centros de Diagnóstico Integral, instituciones hacedoras de exámenes complementarios sin rumbo en ausencia de una historia clínica –herramienta principalísima desconocida por sus ductores-, conducidos por ensalzados médicos cubanos? Yo no sé que saben, ignoro sus planes de estudio, no me siento culpable del producto final que estamos presenciando, no soy responsable de que se les haya engañado, y no pueden pedirme ahora, que participe yo mismo del engaño, de la farsa, dejándolos permanecer de pie frente a mí, como ¨invitados de palo¨ -designación que además considero peyorativa e inhumana-, tomando insulsas notas para continuar el sainete que han montado entre los cubanos, el mandón y médicos traidores a su esencia venezolana.

¿Dónde quedan el esfuerzo y los desvelos de nuestros verdaderos estudiantes para aprobar sus materias? ¿Vamos a juzgar a estos otros de manera diferente? Aunque siento dolor y pena por los engañados, no me prestaré a esta engañifa, pues no deja de parecerme una traición hacia nuestra condición de docentes universitarios, de ucevistas, de ciudadanos de un país al que consideraba soberano.

No quiero ser un títere del autócrata ni de las autoridades universitarias que nos impusieron aceptarlos a través de la Dirección del Hospital y ahora hasta nos piden que los evaluemos, no quiero ser un colaboracionista en esta imposición enmascarada de ¨colaboración¨ después que nuestros mejores hospitales docentes han sido destruidos intencionalmente y con saña, nuestros médicos minados en su mística, nuestros postgrados desmejorados y desmembrados, todo para hacer prevalecer los dictados de un programa paralelo conducido por la Misión Cubana, para conculcar la soberanía de la enseñanza médica instituida desde José María Vargas por invasores extranjeros que han clavado su pendón en estas tierras generosas sin encontrar oposición alguna, pues ni un tiro han echado durante la invasión, que venden a nuestros jóvenes una dolosa quimera.

Sé que me tildarán de egoísta, de escuálido, y quién sabe cuáles otros epítetos me pondrán a cuestas, pero no ha sido ni será por mí que este caballo de Troya portador del empirismo más redomado haya entrado como ya ha entrado en mi universidad, en mi hospital, en nuestras vidas. Mientras asfixian nuestra Universidad negándole recursos, colaboramos con nuestros enemigos. Y véase, les llamo ¨enemigos¨ tal y como sienten los médicos cubanos a los médicos venezolanos. Ilusos e invidentes funcionales no hemos comprendido la saña de nuestros invasores, de nuestros enemigos.

He tenido una posición clara y crítica con este régimen involutivo, ahora dictatorial; sería una incongruencia con mis principios transformarme ahora en un colaboracionista, en un tonto útil, que seré borrado como mis compañeros en cuanto ya no les sirva más a sus propósitos.

Con todo respeto y consideración, elevo ante las autoridades de mi Universidad, de mi Facultad, de mi Escuela y a los integrantes de mi Cátedra y Servicio, a mis queridos compañeros de tantos años, mi enconada protesta por la conducta de aquellos que han dado muestras de flaqueza y timidez, que quiere ser también un llamado a meditar las consecuencias de este acto de cobarde entrega.

Debo irme… Me separaré temporalmente de mi cargo universitario, he pedido un permiso no remunerado mientras arreglo asuntos concernientes a mi Unidad, a mis pacientes y a mis alumnos a los cuales no abandonaré. Hoy introduje los documentos para mi jubilación ante el Decano de la Facultad de Medicina. Hasta ahora nadie ha querido como herencia una Unidad donde sólo hay obligación, trabajo y responsabilidad sin mediar ningún estipendio, por tanto, aunque jubilado, seguiré trabajando desligado del Hospital aunque no de mi Universidad. Permítaseme esta, mi forma de protesta…

Con toda honestidad sé que con esta, mi decisión irrevocable, perderé mi querencia de medio siglo, mis compañeros de tantos años, mis pacientes, mis alumnos, sustancia con la que está hecha mi vida… Pero ha llegado el momento de decir basta a la imposición velada de quienes parecen no darse cuenta que están siendo también llevados a destruir nuestro hospital, nuestra escuela, nuestra facultad y nuestra universidad haciéndola más venal y tolerante con sus enemigos.

Con Umberto Eco debo decir, ¨Este es el motivo por el que a veces hay que decir que no aunque, con pesimismo, se sepa que no servirá para nada¨. Y con José Martí, con la frente en alto y la voz clara, debo también decir que, ¨Prefiero morir de pie, que vivir de rodillas…¨

Caracas, jueves 17 de febrero de 2011
Dr. Rafael Muci-Mendoza
Profesor Titular de Clínica Médica
Escuela de Medicina José María Vargas
Facultad de Medicina, Universidad Central de Venezuela
Cédula de identidad # 1.345.517

sábado, 15 de enero de 2011

CONSIDERACIONES SOBRE EL SECTOR SALUD

A un día de la presentación del Mensaje Anual 2010 del Presidente de la República a la Asamblea Nacional Consideraciones sobre el Sector Salud

Señor Presidente:

A un día de la presentación del Mensaje sobre su gestión durante el año que acaba de finalizar, nos ha parecido oportuno dirigirle esta tercera carta pública, cuyo propósito fundamental es solicitarle, muy respetuosamente, que tenga todo el cuidado que le sea posible en exigir la veracidad de la información contenida en su Mensaje, nos referimos en particular al uso que hace de las estadísticas sociales, específicamente, las de salud.

Sería muy lamentable que en su Mensaje se repita lo ocurrido en el Mensaje Anual del 2009 cuando afirmó “… ustedes saben que el Índice de Desarrollo Humano se mide en función de la salud ¿eh? mortalidad infantil, esperanza de vida al nacer, la educación, los logros educativos y el poder adquisitivo de la población. Son los tres indicadores ¿eh? donde confluyen un conjunto de variables con una medición internacional respetada en casi todo el mundo y reconocida en casi todo el mundo”.

No es acertado repetir que la mortalidad infantil es un indicador utilizado para el cálculo de este índice. No debe reincidir en el error conceptual presente en su discurso con ocasión del primer aniversario de la Misión Niño Jesús, cuando señaló “En el primer año de la misión hemos logrado reducir la mortalidad materno-infantil de 62 por cada 100.000 partos a 52, en apenas un año. Hemos reducido drásticamente la mortalidad materno-infantil y tenemos que seguir reduciéndola”.

En una carta pública que le dirigimos el 30 de diciembre del 2010 le explicábamos que “La medición de la mortalidad materno infantil sólo es posible hacerla utilizando dos indicadores, la tasa de mortalidad materna y la tasa de mortalidad infantil; los datos mencionados por usted sugieren que se refiere a la primera, aunque para ello deberá corregir que si bien ella se expresa en número de defunciones maternas por cien mil, estos cien mil no corresponden a partos sino a nacidos vivos registrados”.

Nuestra alerta no se refiere sólo a errores conceptuales sino a los valores de los indicadores que usted seguramente empleará, sería muy lamentable que sus asesores le expongan a la inexactitud de continuar mencionando cifras que cualquier ciudadano, al leer las estadísticas oficiales de nuestro país, podrá corroborar que la información que está trasmitiendo no es veraz, como sucedió en ocasión de su Mensaje Anual 2008, cuando dijo: “Ha descendido la mortalidad
infantil desde 21.4 por mil a 13.4 por mil niños nacidos vivos, eso es algo maravilloso...” .Sin embargo, si usted visita la pág web del Instituto Nacional de Estadísticas, http://www.ine.gov.ve/registrosvitales/estadisticasvitales.asp, se encontrará con la sorpresa que esa cifras no aparecen en ningún año de la serie 2003-2008 y que la cifra del 2008 es de 15.8 por mil y no 13.4 como usted afirmó.

O cuando exclamó ” ¡la mortalidad materna! Este es otro dato importante, disminuyó de 67,2 en el 2000 a 47,4 en el 2007, estos son datos del 2007 aún no tenemos consolidados los datos del 2008.”, aquí también las estadísticas oficiales son diferentes, en la página web http://www.sisov.mpd.gob.ve/home/index.php , del Sistema Integrado de Indicadores Sociales de Venezuela(SISOV), encontrará usted que el SISOV reportó para el año 2007 una tasa de mortalidad materna de 56.8 por cien mil nacidos vivos registrados y no de 47.4 como usted señaló.

Finalmente, Sr. Presidente, con todo respeto, le sugerimos que en su Mensaje haga mención de las metas efectivamente alcanzadas durante el 2010 en los diversos programas que ejecuta el Ministerio del Poder Popular para la Salud y sus organismos adscritos.

Los venezolanos estamos ansiosos por conocer, entre muchas otras interrogantes, ¿por qué, si se ejecutó el Plan Nacional de Control de Vectores, cerramos el año pasado con 124.931 casos de dengue, 59.062 más que en el 2009, la cifra más alta alcanzada en los últimos 21 años, con una tasa de incidencia de 433 por cada 100.000 habitantes, 8 veces más que la meta del milenio a alcanzar para el año 2015; con 45.155 casos de malaria, 9.327 más que en el 2009, la cifra más alta desde el 2005?

¿Por qué, disponiendo de la Misión Niño Jesús, finalizamos el 2010 con 5.839 defunciones en niños menores de un año, 664 más que en el 2009; con 115 casos de sífilis congénita, 34 más que el año anterior y con 3 casos de tétanos neonatorun, después de tener dos años consecutivos sin casos de tétanos en menores de 28 días?

¿Por qué no se inauguró en el 2010 el Centro de Investigación y Desarrollo de Vacunas? ¿Por qué no se cumplieron la mayoría de las metas de cobertura de inmunizaciones contra enfermedades prevenibles mediante vacunas?

¿Por qué no se cumplió con la promesa, hecha por el ministro del Poder Popular para la Salud de concluir para enero de este año el 90% de las obras en ejecución que se realizan en los hospitales públicos?

Y finalmente, ¿qué se hizo durante el año 2010 para atender el más grave problema que afecta a la red hospitalaria pública, el déficit de personal de salud y en particular de médicos calificados?

Sin duda, una bien pensada, debatida y consultada ley Orgánica de Salud ayudaría a comprender y proponer soluciones prácticas a los graves problemas de salud que tenemos y garantizarle efectivamente el derecho a la salud de las personas que viven en Venezuela.

Caracas, 14 de enero de 2011.
Doctores:
Blas Bruni Celli, José Félix Oletta L., Ángel Rafael Orihuela, Pablo Pulido M., Carlos Walter V.
Ex Ministros de Salud de la Republica de Venezuela