domingo, 19 de septiembre de 2010

Rojas, Chávez y el Vargas

En esta tiranía que humilla la patria, con la justicia social huyó también la misericordia

El doctor en Leyes Juan Pablo Rojas Paúl (1826-1905), inteligente y humanitario, tenía marcada inclinación por la medicina, visitaba barrios de Antímano aliviando dolores y asistiendo calenturientos que titiritaban de frío. 
El 5 de julio de 1888 fue electo Presidente de la República y pocos días después distrajo su atención un hombre apoyado en una pared en rictus de dolor y cargando su vientre, ¨cólico miserere¨ dictaminó, y no bastó su conmiseración; decidió construir un gran hospital llamado Vargas asesorándose con Calixto González, alumno de aquél. 
Dicho y hecho, un decreto del 16 de agosto de ese año anunciaba la creación de un hospital de mil camas, ¨demasiado grande para la Caracas de entonces¨. 
Así, en forma técnica, seria y humana, ideó e inició la asistencia hospitalaria en Venezuela. ¡Tres años después!, el 5 de julio de 1891, abría sus puertas totalmente construido y equipado.
El teniente Chávez, en su amor por sí mismo y los pobres -de otros países-, dilapidó novecientos mil millones de dólares transformando el país en un erial de pobreza y miseria. Hace 4 años decretó la remodelación de hospitales; el Vargas cayó en la farsa y es emblema de irregularidades. 

En 2007 la Asamblea Nacional aprobó un crédito de 1.35 millardos de BsF: los pillastres huyeron con el dinero. En 2009, otros BsF 300 millones robados. En mayo de 2010, 20 millones de bolívares para finalizar la construcción del edificio de emergencia. 
¿Será ... ? Vergüenza: Antier, crédito adicional de 50 millones para el tocador del monarca. ¡122 años después, cuatro años no bastan para una vulgar remodelación!
Deuda social: Un olvido logrado a fuerza de mentiras. En medio de esta tiranía que humilla la patria, con la justicia social huyó también la misericordia. 

martes, 14 de septiembre de 2010

LA CORROSIÓN DEL SISTEMA DE SALUD VENEZOLANO

por Dr. Rafael Muci-Mendoza 

Me siento muy honrado porque los organizadores de este evento y mis colegas médicos me hayan designado para cerrar este acto de Unidad. La unidad es la única vía para enfrentar este formidable oponente que nos tilda de enemigos. Quiero dejar sentado que los conceptos que aquí verteré,
los hago como un ciudadano cualquiera, en mi propio nombre y no como profesor activo de la Facultad de Medicina de la UCV o de la Academia Nacional de Medicina.

La salud es a la vez un resultado y un factor determinante en el desarrollo de los países; constituye no sólo un resultado del desarrollo, sino que también es uno factores fundamentales para lograrlo. Conspiran contra su consecución la falta de equidad o justicia natural. 

El proceso de empobrecimiento y envilecimiento del colectivo venezolano es ya de larga data, pero a no dudar, se ha acrecentado en forma grosera y preocupante durante los años de gestación y puesta en marcha del gobierno comunista del señor Chávez. 
El abandono populista de las comunidades, el desempleo y su pariente más cercano, el comercio informal, han conducido a un crecimiento normal", mídasela como se la mida, de la exclusión, de la pobreza y la miseria.

Las erróneas o ausentes políticas de estado ante ingentes problemas de salud, se han potenciado con esa desnutrición que trae aparejada la pobreza, para producir más y más enfermedades y más y más sufrimiento, particularmente en los estratos más bajos de la población.

La Cumbre del Milenio

Cumbre del Milenio, del año 2000 auspiciada por las Naciones Unidas, representantes de 192 estados recordaron los compromisos adquiridos en los noventa y firmaron la Declaración del Milenio  donde se recogen ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio referentes a la erradicación de la pobreza, la educación primaria universal, la igualdad entre los géneros y empoderamiento de la mujer, la mortalidad infantil y materna, el avance del VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades endémicas y el sustento del medio ambiente. Con la ayuda estratégica de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se acordó lograr estos Objetivos con sus metas específicas para el año 2015 . 

El avance hacia el logro de satisfacerlos exige la concentración de esfuerzos en otras tres áreas: mejoramiento de los sistemas de salud, fortalecimiento de las funciones esenciales de salud pública y mayor desarrollo de los recursos humanos en el sector salud. Siendo que apenas nos separan menos de cinco años de cumplir las metas, todavía en Venezuela encontramos obstáculos para acceder a una confiable información epidemiológica, estadística y socioeconómica.  

Sin embargo, el logro de estos Objetivos y sus metas, parecen tener plomo en el ala; la erradicación del hambre  y la pobreza extrema y el mantenimiento de las cifras mostradas por un estado cada vez más dependiente de la renta petrolera, las erradas políticas económicas y la crisis financiera
mundial, han conducido a la insostenibilidad de los programas sociales, transitorios placebos no sustentables pues con la aniquilación del aparato productivo nacional, se han destruido más que creado puestos de trabajo de calidad y la inflación ha volatilizado los magros salarios de los más pobres. 

Por su parte, la seguridad alimentaria está en grave riesgo por la poca disponibilidad de alimentos inocuos producidos en el país, siendo que importamos cerca del 80% de lo que consumimos, debiendo destacarse la corrupción rampante y homicida, punta de un iceberg que desnuda la maldad e indiferencia, ejemplarizada en los casos de leche contaminada con melamina y en las toneladas de alimentos vencidos o putrefactos, donde no existe tan siquiera un responsable. Todo ello representa una seria amenaza al desarrollo, la calidad de vida y la salud de la población; en suma, es el  repugnante rostro de la inequidad. 

Otro aspecto a destacar se refiere a la sostenibilidad del medio ambiente y su impacto sobre la salud de la población; tal es el caso del agua potable y servicios básicos de
saneamiento ambiental. 

Gracias a políticas públicas efectivas, Venezuela  logró en 2007, con casi 10 años de anticipación, incrementar a 92% el porcentaje de personas con acceso sostenible al agua potable, cuando la meta era llevar esta cifra a 84% para 2015

En los últimos dos años, en razón de las prolongadas sequías y el poco interés en el mantenimiento de la infraestructura, se ha afectado notablemente la continuidad y calidad del servicio; las plantas de
tratamiento parecen haber agotado su eficiencia y el agua para el consumo está
plagada de contaminantes biológicos y químicos

La asociación del Estado con el sector privado para promover el desarrollo y la creación de alianzas ha chocado con la ideología comunista, tendente a la castración de las inversiones foráneas o locales a través de la inseguridad jurídica con su correlato de persecución a la disidencia, regulaciones
asfixiantes, expropiación de la empresa y propiedad privadas e invasiones de toda laya. 

Ello ha conducido al retroceso del sector farmacéutico por la emigración de inversionistas en medicamentos o insumos para la salud a otros países de la región, siendo que la triangulación de negocios con Cuba –maraña de negociados y corrupción-nos impide conocer el país de manufactura de las drogas terapéuticas –muchas de ellas ya en desuso por sus efectos tóxicos o colaterales indeseables-, la empresa productora y su fecha de vencimiento, la confiabilidad de las vacunas y la seguridad del mantenimiento de la cadena de frío, y la importación de instrumentos médicos obsoletos o fútiles.

En el antaño, en el período entre 1989 a 1999 corriendo de la mano con la descentralización se alcanzaron logros en lo relativo a descenso de la mortalidad infantil. En el hogaño, con
la recentralización impuesta desde 2008 fuera de la constitución y sus mandatos, de acuerdo a los registros oficiales la reducción de la mortalidad infantil ha ocurrido con lentitud al compararnos con otros países de la región, incrementándose en 2010 en 8,7% hasta la semana epidemiológica Nº 24 (Boletín Epidemiológico Semanal del MPPS) y en once años la inversión en salud ha mostrado una catastrófica ineficiencia para reducirla; ha mejorado en niños mayores de un año, pero no así en lo atinente a la mortalidad infantil, neonatal y post neonatal donde, siendo muchas de sus causas prevenibles, se exhiben niveles inaceptables de mortalidad. El parto pretérmino, el escaso cuidado perinatal, las deficiencias en la lactancia materna y en el programa ampliado de vacunaciones han conspirado en el resultado final.  

Con relación a la reducción de la mortalidad materna como Objetivo, no sólo no ha mejorado, sino que comparativamente con la lograda en 1998 ha retrocedido más de 10  puntos y es ahora mayor que hace 20 años. Los demonios que se han ensañado contra la mujer incluyen, un vergonzoso
aumento del embarazo precoz, teniendo en Suramérica nuestro país el triste liderazgo con una tasa de 98 por cada mil habitantes (9,8%); por su parte, en Caracas, entre el 13 y 15% del  total de
embarazos son de adolescentes lo que significa que cada año nacen más de 20 mil niños de madres con edades inferiores a 19 años, y si se contaran los abortos tal vez la cifra se elevaría a 20%. 

La escasa promoción de la salud lleva a deficiencias en el control prenatal lo que impide el reconocimiento de embarazos de alto riesgo, lo que asociado a las graves fallas institucionales
en los cuidados perinatales conspira con la mortalidad y morbilidad materna e infantil, con graves consecuencias sobre la familia y la sociedad. Se hace por tanto mandatorio el dar respuestas eficaces y oportunas ante estos problemas. Enfrentado a un problema de inmensa complejidad estructural, la revolución sólo ha implementado respuestas políticas no planificadas, efectistas e inconsultas, ¨paridas¨ en un momento alucinatorio e iluminado del Comandante; tal es el caso de la ¨Misión Niño Jesús¨ que a espaldas de la medicina venezolana, del paciente y de sus más altos intereses, no ha influido para nada en el descenso de la mortalidad materna, y antes bien, a su aumento: Hasta
la semana epidemiológica Nº 24 de 2010, se incrementó en 7,2 %. 

 Enfermedades controladas en el pasado arremeten inclementes ante la ausencia o incapacidad de respuesta institucional del Ministerio de Salud y Desarrollo Social y sus programas de control de
enfermedades, donde la rectoría y liderazgo político, técnico y científico de la atención primaria y de la Misión Barrio Adentro primada del Presidente por sus objetivos ideológicos y políticos, más  Interesados en el proselitismo que en una respuesta sanitaria efectiva que solo se admite con delineamientos democráticos, está en manos de médicos extranjeros ajenos a nuestra
idiosincrasia, que compiten sin limitaciones de presupuesto y en paralelo, con un sistema de salud tradicional debilitado, sin camas hospitalarias, pabellones de cirugía ni médicos dispuestos a recibir bajos salarios o maltrato militar. 

Si bien es cierto que el problema es formidable, complejo y multifactorial al depender de elementos geográficos, climáticos, sociales, demográficos,económicos, culturales y biológicos, como los cambios sufridos por los agentes infecciosos y vectores, no es menos cierto que se le ha opuesto un escudo de papel inducido por el desmembramiento de los programas de control de enfermedades como el dengue -según el MPPS y su Boletín Epidemiológico Semanal hasta la semana Epidemiológica Nº 24 el incremento de casos fue de 110,5 % respecto al lapso correspondiente de 2009

En el Boletín 33, que cubrió hasta el 21 de agosto de 2010, reveló ¡79.335 casos!, lo que representa el triple de lo reportado en el mismo período de 2009. De esos casos, 10.582 se registraron en las últimas tres semanas. De ese total, 7.331 casos han sido de la forma hemorrágica. 

El sarampión hasta la semana epidemiológica Nº 33 reseñó 164 casos sospechosos, más no se informó cuantos fueron confirmados.  Para colmo, un bochornoso caso fue exportado al Canadá.  ¿Qué podíamos esperar?, si la cobertura de vacunación contra el sarampión en Venezuela se redujo; así, en 2008 solo alcanzó 56.0 %, un porcentaje inferior a Haití. Según las cifras estimadas para 2009 si bien la cobertura aumentó a 81.0 %, el porcentaje sigue estando muy por debajo de la cobertura
deseable de 95% lo que hace presumir que nuevas epidemias podrán ocurrir. 

El Boletín Epidemiológico Semanal alumbramiento magnífico del Dr. Darío Curiel en 1938, otrora orgullo y apoyo del médico venezolano, ahora negado o manipulado y sospechoso, extemporáneo, increíble y en proceso de cambio de formato, sale con demora de mes y medio lo que no soporta el argumento del fulano cambio, y antes bien, indica la reiterada violación al derecho a la información veraz y oportuna que tenemos todos los ciudadanos y especialmente los médicos, particularmente cuando nos encontramos ante la peor epidemia de dengue en los últimos 20 años. 

Por fortuna, la background Comisión de Epidemiología de la Red de Sociedades Científicas Médicas de Venezuela, una extraordinaria iniciativa no gubernamental, ha venido a llenar el enorme vacío dejado por este arrebato de un derecho constitucional, y en sus enjundiosos ¨Alerta Epidemiológica,
Situación en Venezuela, América Latina y el Mundo¨ ya en su versión  148, nos permite una información veraz y oportuna obtenida con grandes dificultades.  Mantener al médico informado es
hacer patria… Expresamos nuestro regocijo por la iniciativa a los colegas José Félix Oletta López, Ana C. Carvajal y Saúl O. Peña.

Por supuesto, la malaria y la enfermedad de Chagas con sus variantes vectorial y oral han vuelto por sus fueros con renovados bríos. Un orgullo de la salud pública venezolana como fue la titánica empresa de la erradicación de la malaria por aquel grupo abnegado y competente que liderizó el Doctor Arnoldo Gabaldón, fue aniquilado en un instante por el odio y la intolerancia. 

De ese puñado de venezolanos ilustres y la titánica obra que proyectaron desde la División de Malariología eliminada sin razón, muy poco o nada queda. 
O quizá, mucho daño ha dejado, pues el paludismo, seleccionado por la Organización Mundial de la Salud en su informe de 1999 como uno de los retos de salud más
importantes a vencer, nos ha derrotado nuevamente y se ha entronizado entre
nuestros confines, pues de acuerdo a cifras no divulgadas en la semana 35, entre el 29 de agosto al 4 de septiembre de 2010, se registraron 491 nuevos casos, casi todos autóctonos: 476, elevando la cifra acumulada en este año a 35.863 casos, lo que representa un  incremento de 68,0% al comparar con los 21.350 del período homólogo de 2009. Un caso por demás doloroso lo constituye el Estado Sucre, una vez considerado como zona en situación de mantenimiento; pues bien, ahora exhibe el dudoso honor de ser uno de los mayores proveedores de casos del país. 

Peor rostro muestran estados como Portuguesa y Mérida, donde el paludismo estaba erradicado y aparecen ahora como áreas afectadas en forma aguda y con inusitada fuerza epidémica. En pocas palabras, las poblaciones en riesgo no pueden ser protegidas porque los sistemas de vigilancia epidemiológica claudicaron y ahora muestran la impronta de la ignorancia, negligencia e incapacidad. Y entonces, ¿dónde queda el dolor de los enfermos…? 

 En su favor apenas podría decirse que se han obtenido limitados resultados en el control de algunas enfermedades emergentes, del número de pacientes con SIDA y su mortalidad otro caldo de cultivo donde toda miseria conocida reclama su parte en el indefenso cuerpo de la nación, especialmente entre los jóvenes. 

La peste blanca o tuberculosis pulmonar y aquellas, sus formas llamadas extra pulmonares, que ahora no sólo abarrotan las salas hospitalarias sino que se despliegan a sus anchas en los cinturones
de miseria que rodean nuestras más importantes capitales… La tuberculosis acompaña a la miseria como la sombra al cuerpo, triste situación ésta de la larga noche comunista, sólo comparable a la Venezuela paupérrima del gomecismo. Los médicos, universidades y los hospitales

A más de todas estas calamidades se yergue una campaña de desprecio público hacia los trabajadores de la salud, profesionales y profesores de medicina venezolanos, trasunto de envidia y retaliación social.  Ministros timoratos, militares y médicos, sí, médicos, mienten para no molestar la ira del mandón. 

Este es un desgobierno que odia la excelencia y en su entorno, el enfermo se despersonaliza, el médico abrumado por la plétora hospitalaria y la mala remuneración tiende a hacerse indiferente y apático ante el dolor humano sabiendo que sólo puede referirlo a otro hospital tan depreciado como el suyo. La revolución ha propiciado que el ejercicio médico y el médico atemorizado, se despegue de los principios éticos y del compromiso. La red de hospitales y ambulatorios funcionan en forma deficiente porque les son negados los recursos necesarios para su mantenimiento que antes bien, son derivados a manos llenas a fortalecer la medicina cubana; “la medicina medieval que sí cura”. Nuevas y abundosas generaciones de estudiantes han sido pasto de la oferta engañosa se están formando para ser médicos, sumidos en la ignorancia de la importancia de aprender a la cabecera del enfermo y apenas relacionándose en sitios cerrados con computadoras y presentaciones normal"

Es difícil comprender los torvos motivos puestos en marcha para dañarse a sí mismo, al propio cuerpo de la nación, a la propia madre patria y a los propios hermanos, pues mientras esto ocurre, la Partida
Secreta es dilapidada en forma discrecional y los gastos del presidente en cosméticos y afeites varios son ridículamente abultados, mientras que con inusitado descaro pide a sus seguidores que ¨coman piedras¨. El ingreso petrolero en diez años, cerca de novecientos mil millones de dólares, numérica
global difícil de poner en perspectiva a menos que pensáramos lo que se necesita gastar por hora durante un año para consumirlos. 

Muy poco de este  dinero por supuesto, se destina a la salud pública, a la alimentación, educación, bienestar y procura de empleo para los estratos más bajos de nuestra población. La falta de proteínas en la dieta nos deparará en un futuro no lejano, hordas de venezolanos famélicos, en ¨chores¨
y sin camisa, como los cubanos, débiles física y mentalmente. 

El nuevo paradigma revolucionario es pues, a mayores ingresos petroleros, mayor miseria.  

Entre tantas actitudes hermosas que heredamos de la medicina helénica que floreció en la Grecia clásica con ímpetu de primavera 2.500 años atrás y de su protagonista, el médico hipocrático, la
postura moral y ética ante el humano enfermo y su circunstancia ha sido una de las más celebradas. La fundamentación principal de la acción de esos antiguos médicos llamados asclepiades, se centraba en el "Primum non nocere¨ o ¨Favorecer, no perjudicar¨. 

Aquellos ascendientes nuestros anteponían a su arte, la ¨Regla del buen hacer¨: ¨Hacer lo debido y hacerlo bellamente¨ según la formulación reseñada en ¨Sobre las úlceras¨: ¨Hágase bella y rectamente lo que así haya que hacer; con rapidez lo que deba ser rápido; con limpieza lo que deba ser limpio; con el menor dolor posible, lo que deba ser hecho sin dolor¨, a lo que yo agregaría dos muy conocidos preceptos bíblicos,  ¨No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti¨ y ¨ama a tu prójimo como a ti mismo¨, frases que encierran el hacer y quehacer del médico.

 Por ello, como médicos debemos propender al perfeccionamiento de los valores  morales y éticos intrínsecos de nuestra profesión, uniéndonos, resistiendo los embates del totalitarismo con la frente en alto, guiados por los principios de la beneficencia, la no maleficencia, la justicia y el respeto a la autonomía de la persona enferma, principio y fin de nuestro
oficio. 

Es necesario pues que la sociedad civil no duerma tan tranquila ignorando que a muchos los retorcijones del hambre les quita el sueño, que las balas del vecindario pobre muerden inclementes la carne del desheredado de la ley y de la justicia; es necesario que no duerma tan tranquila cuando se
malgastan los dineros de todos y se compromete el futuro del país, los que estamos y los que esperan por venir; es necesario que de una vez por todas se deje de lado la apatía y la cobardía para expresarle al señor Chávez en comunión con nuestra unión, mediante nuestros votos que ya basta, que ha tenido su oportunidad y la ha malgastado sumiéndonos en un país sin horizontes para todos,
que por el bien común, en democracia, dé paso al interés nacional.  Ha llegado la hora de la resistencia, de la unión, del compromiso y de la voluntad para que cambie el porvenir de nuestro país y de nuestro pueblo. 

Expresémoslo en libertad con nuestros votos…
    

lunes, 6 de septiembre de 2010

Elogio de la indiferencia



Rafael Muci-Mendoza
El comunismo trae desgracias para todos menos para los cercanos a la cúpula

El comunismo trae desgracias para todos menos para los cercanos a la cúpula; pero por un ratico, mientras son aprovechables; luego serán execrados y torturados. Una de sus características es la acedia, vale decir, la anestesia de los sentimientos, la frialdad emocional y el despego psíquico insano. 

Esta frigidez afectiva produce un endurecimiento emocional que impide identificarse con las cuitas ajenas; no hay afecto ni compasión, sólo prepotencia y arrogancia. 

Esta apatía equivale al ¡No me importa nada...!, del mandón; explica entre otras muchas, la situación de violencia que nos aflige, las endemias y epidemias sin control, siendo la desgarradora cifra de cien mil casos de dengue del presente año y el injusto cierre de grandes hospitales generales, expresión del estupor emocional o bloqueo afectivo de los responsables que ya no experimentan afectos.

El mal, ya de larga data, no induce condolencia hacia los que sufren viendo sus males progresar, ni se inmutan por ausencia de quirófanos, salas de parto activas o soluciones ortopédicas para tanto baleado necesitado. 

El Hospital Vargas de Caracas, otrora semillero de ejemplos edificantes y médicos bien formados en el arte y en la ética, sumido hoy en el círculo vicioso de la indiferencia. Y el despego se contagia: murió Franklin Brito en medio de una sociedad contagiada.

En el Mitnal, infierno de los mayas, Hunhau era el señor de la muerte, príncipe de los demonios y ejecutor de tormentos a los condenados: hambre, frío, sed, cansancio y tristeza; las listas de Tascón y Maisanta ahítas de tormentos para los disidentes de allí provienen; pero todo tiene su contra, en la mitología griega Némesis hija de Zeus y de la Necesidad vengará, entre otros, el mal uso de las riquezas.
rafael@muci.com

martes, 31 de agosto de 2010

La Fundación España Salud solicita médicos internistas

La Fundación España Salud solicita médicos internistas



jueves, 26 de agosto de 2010

SE NECESITAN MEDICOS EN GUARENAS

La Directora Medica del Hospital tipo II ( 200 camas) General Guarenas Guatire Eugenio P. D´Bellard.
Ante la imperante escasez de recurso humano me vi en la necesidad de valerme de estos medios virtuales para solicitar médicos adjuntos (cirugía, medicina, pediatría, obstetricia, trauma, anestesia)

HORARIOS SEGÚN DISPONIBILIDAD Y CONVENIENCIA; médicos residentes ( cirugía, medicina, pediatría, obstetricia y trauma) así como médicos rurales interesados en cumplir su articulo 8 a tan solo 30 min. de caracas, en un agradable ambiente de trabajo ofreciendo como principal estimulo la formación medica continua así como las siguientes condiciones laborales:

INTERESADOS COMUNICARSE CON LA DIRECTORA DEL CENTRO DRA ZULLY MORALES A LOS SIGUIENTES NUMEROS: 0426-519-3780    0414-123-1423

HORARIO:
GUARDIA CADA 6 DIAS ( 24HRS)
PRE GUARDIA: 6 HRS ( HORARIOS A CONVENIR)
POST GUARDIA:6 HRS (HORARIOS A CONVENIR)

MEDICOS RURALES:
SUELDO BASICO: 2380 BS
BONO NOCTURNO ( X GUARDIA) 1100 BS
SUELDO CON 5 GUARDIAS NOCTURNAS: 7880 BS
CESTA TICKETS: 650 BS

MEDICOS RESIDENTES:
SUELDO BASICO: 2535,40
BONO NOCTURNO( POR GUARDIA): 1200 BS
SUELDO CON 5 GUARDIAS: 8535 BS
CESTA TICKETS: 650 BS

domingo, 25 de julio de 2010

LA ESCUELA DE MEDICINA “JOSÉ MARÍA VARGAS”




BREVE INTRODUCCIÓN HISTÓRICA: PROPÓSITOS,  CREACIÓN E INICIO

Dr. Ángel González Luque

El año 1961 constituyó un hito relevante en el  desarrollo de la educación médica en Venezuela.  Ese  año fue instituida oficialmente la Escuela de Medicina  “José María Vargas”, adscrita a la Facultad de  Medicina de la Universidad Central de Venezuela, cuya  facultad, desde ese momento, comprendía las dos  Escuelas de Medicina, Vargas y Razetti, además de las  Escuela de Bioanálisis y de Nutrición Dietética.

  Con el traslado de las Cátedras Clínicas al recién  inaugurado Hospital Universitario de Caracas, en 1957, y  asentadas las Cátedras de ciencias Básicas en los  Institutos Anatómicos y de Medicina Experimental de  Parasitología y Medicina Tropical en el Instituto de  Medicina Tropical, de Anatomía Patológica en el Instituto  Anatomopatológico y de Higiene y Medicina Preventiva  y Social en el Instituto de Higiene, todos en el campus de  la Ciudad Universitaria, algunos distinguidos Profesores de  las Cátedras Clínicas permanecieron en el antiguo Hospital  Vargas de Caracas.

  Quienes allí continuaron con la enseñanza clínica, comenzaron  a madurar la idea de una nueva escuela médica,  con características novedosas en cuanto a enseñanza.
  Investigación y extensión, en fin una Escuela de  Medicina diferente a las tradicionales existentes en el  país.

 En tal circunstancia, dos sobresalientes Profesores  de la Cátedra de Clínica Dermatológica y luego del  Instituto Nacional de Dermatología, los Dres. Jacinto  Convit y Francisco Kerdel Vegas, quienes habían  establecido valiosos contactos en la renombrada  Escuela de Medicina de la Universidad de  *  Profesor Titular Jubilado, Facultad de Medicina, Universidad  Central de Venezuela  Stanford, California, USA, durante su permanencia en  tan reputada Universidad, dieron a conocer el alto nivel  académico de la misma y la filosofía de su docencia.

  Durante la gestión rectora) del Dr.  Francisco de Venanzi  y la decanal del Dr.  Rafael José Neri, uno de los  miembros del personal docente de la Facultad de  Medicina, adscrito al Hospital Vargas, en el Servicio de  endocrinología, el Dr.  Luis Manuel Manzanilla, bajo  auspicios de la Facultad de Medicina, permaneció  durante un año en la Universidad de Stanford,  California, y recogió valiosa información de sus facilidades.

  En esa oportunidad, en vista del interés existente en la  Facultad, visitó Caracas el entonces Decano de la  Escuela de Medicina de Stanford, el Dr.  Alway, quien  sostuvo interesantes reuniones con autoridades y  Profesores de la Facultad de Medicina y autoridades  rectorales de la Universidad Central de Venezuela.

 El  Dr.  Alway regresó a California, a la Universidad de  Stanford, visiblemente motivado y con deseos de prestar  su colaboración al proyecto.   Fueron años de reflexión y entusiasmo, y gestiones  difíciles.

 Mucho ayudó la decisión siempre favorable y  entusiasta del Decano Neri, del tren directivo que lo  acompañaba y de la mayoría de los miembros del  Consejo de la Facultad de Medicina, algunos de ellos,  Profesores en el Hospital Vargas.

 Ilustres Profesores de  dicho Hospital, los Dres.  Fernando Rubén Coronil,  Francisco Montbrun, Otto Lima Gómez, Jacinto Convit,  Francisco Kerdel Vegas, Blas Bruni Celli, Miguel Ron  Pedrique, Eduardo Carbonell, Luis Manuel Manzanilla,  Jesús Mata de Gregorio, Francisco Castellanos, Feliciano  Acevedo Gallegos, Tulio Villalobos Capriles, Carlos  Hernández, Herman Wuani, Félix Eduardo Castillo,  Pedro Luis Ponce Ducharne, Carlos Moros Ghersi,  entre varios, dieron impulso a la idea de la nueva  escuela médica, y con la anuencia de las autoridades de Facultad, estimularon la posibilidad del traslado, desde la  Escuela Razetti, de algunos docentes de ciencias  básicas, con experiencia en investigación y docencia.

 Esto motivó el rechazo de algunos académicos de la  Escuela Razetti, los cuales, desde un principio estuvieron  en desacuerdo con el establecimiento de una nueva  escuela médica en la Facultad.

 Ello originó arduos y  prolongados debates en el Consejo de la Facultad de  Medicina, pero la hábil conducción de los mismos por  parte del Decano Neri y el apoyo irrestricto de algunos de  los consejeros, incluida la delegación estudiantil, llevó a  feliz término la aprobación de dichos traslados en el  Consejo de la Facultad y su tramitación favorable al  Consejo Universitario.
  El cuadro de docentes en Ciencias Fisiológicas se  completó con la incorporación de valiosos médicos  jóvenes, junto a otros destacados Profesores contratados  en el Exterior.

  El Departamento de Ciencias Morfológicas se constituyó  con miembros del propio personal docente del Hospital  Vargas, algunos con experiencia dilatada en las enseñanzas  anatómicas e histopatológicas, además de otros  médicos jóvenes con acendrada vocación docente.

  En la Cátedra de Microbiología se incorporaron  igualmente Profesores contratados de experiencia en el  área y también médicos jóvenes dedicados.

 La  enseñanza en las Cátedras de Parasitología y Medicina  Tropical se cumplió, en los primeros tiempos, en el  Instituto de Medicina Tropical de la Ciudad Universitaria,  dirigido por el Dr.  Félix Pifano.

 El Departamento de Medicina Preventiva y Social, recibió  a docentes con vasta experiencia sanitaria, algunos  destacados funcionarios del entonces Ministerio de  Sanidad y Asistencia Social y quienes fueron  incorporados al personal de escalafón universitario por  acuerdo entre dicho Ministerio y la Universidad.

  La docencia clínica médico-quirúrgica se llevaba a cabo  en el Hospital Vargas de Caracas, con extensión al  Hospital “Jesús Yerena” en Lídice y al Hospital “José  Gregorio Hernández” del Seguro Social en San José.

 Las  docencias pediátrica y obstétrica en el Hospital de Niños  y en la Maternidad Concepción Palacios  respectivamente.  A las Cátedras Clínicas Médicas y Quirúrgicas y Auxiliares,  se incorporaron jóvenes médicos brillantes, algunos  con estudios de cuarto nivel en afamadas Universidades  del exterior, junto con destacados Profesores de las Clínicas,  además de los inicialmente señalados.

En el Hospital de Niños el personal docente estuvo  constituido por especialistas prestigiosos en el área  pediátrica.

 En la maternidad “Concepción Palacios” por el  personal docente de la Facultad, de amplia experiencia  obstétrica.

  ¿Por qué otra Escuela de Medicina en la misma Universidad?  Conviene reiterar que el leit-motiv fue alcanzar una  Escuela de excelencia.

 Para la época en América Latina  se contaban algunas con ese desideratum; entre ellas la  Escuela de medicina de Ribeirao Preto, Brasil; la Escuela  de medicina de la Universidad de Calí, Colombia; la  Escuela de Medicina de la Universidad de El Salvador, El  Salvador.
  Bajo la premisa de un cupo máximo de 60 alumnos por  curso, se pensó dotar a la Escuela de instalaciones suficientes  para una enseñanza acorde con dicho número.

  Aun cuando ese cupo se llenó en respuesta a la solicitud  de los aspirantes interesados, inicialmente se discutió la  conveniencia de definir con claridad una política de  captación y admisión de los aspirantes, en base a  métodos adecuados de selección, siempre en  concordancia con la capacidad docente.

 Sin embargo, la  reiterada presión estudiantil para lograr la ampliación del  cupo de la Facultad de Medicina (en la época la Facultad  realizaba formalmente un examen de admisión), condujo  a que años más tarde, nuevas autoridades introdujeran  un curso básico común, el cual devino en la Escuela  Básica de la Facultad para todos los aspirantes de la  misma.

  Lamentablemente, así se incrementó el número de aspirantes  para la Escuela Vargas, por encima de los 60 inicialmente  acordados para el ingreso inicial a la Escuela.  Si bien en lo que respecta a Ciencias Fisiológicas los  laboratorios de práctica entonces denominados  multidisciplinarios no fueron diseñados ni construidos  debidamente, y ulteriormente debieron modificarse, si  fueron al principio suficientes para el número de alumnos.

 Los salones de prácticas para las Cátedras de Anatomía  e Histología fueron adaptados a su propósito.

  Debe aclararse que aun cuando existía una pobreza  relativa de recursos materiales, en comparación con otras  escuelas médicas, y particularmente con la Escuela de medicina  de la Universidad de Stanford, a la cual algunos  hubieran deseado emular, ello se compensaba con el entusiasmo  y la dedicación del personal, incluido el personal  auxiliar docente y el administrativo obrero.

  Los años tan difíciles en el devenir político de los años  primeros de la década de los 60, con las continuas  interrupciones de labores en la Ciudad Universitaria,  tuvieron una repercusión muy limitada en la Escuela  Vargas, aún durante el prolongado allanamiento de la  Ciudad Universitaria, durante el cual las actividades  administrativas, docentes y de investigación en la  Escuela Vargas permanecieron inalterables.

 Ello se debió  en parte a lo distante de la Escuela del campus  universitario.
 
LA ESTRUCTURA ADMINISTRATIVA 

La incorporación del calificado personal antes señalado y  espacios cedidos para el inicio de las clases en el antiguo  Departamento de Anatomía Patológica del Hospital  Vargas, por el Dr.  Blas Bruni Celli, Jefe del servicio de  Anatomía Patológica, y en salones del Hospital, permitió  la instauración de la que inicialmente fue conocida como  coordinación docente, adscrita a la faculta de Medicina,  bajo la responsabilidad del Dr. Luis Manuel Manzanilla,  hasta que el año 1961 el Consejo Universitario de la  Rectoría del Dr. Francisco De Venanzi, aprobó la Escuela  de Medicina “José María Vargas”, con todas las  atribuciones de Ley, el Dr.  Manzanilla fue su primer  Director.

  Poco después, el asiento de las oficinas administrativas y  de las Cátedras de ciencias Básicas, se mudó al edificio  adaptado a propósito frente a la antigua Plaza de San  Lorenzo, en la Parroquia de San José.

 Este edificio fue  construido durante el denominado Plan de emergencia, y  en su conclusión, adaptación y mobiliario jugó un papel  significativo el Sr.  José Agustín Catalá, quien bajo el  Gobierno de entonces tenía alta responsabilidad en el  susodicho plan.

  Para el momento de aprobación de la Escuela se instaló  la Oficina de Control de Estudios, con personal de  experiencia proveniente de la misma Oficina de la  Facultad, lo cual permitió la elaboración de las fichas  académicas de los alumnos y el seguimiento de las  mismas a través de las calificaciones de exámenes,  además de las otras responsabilidades inherentes a  dicha oficina.

 Así mismo, se instaló la Biblioteca  de la Escuela, con personal proveniente de la  Biblioteca y del Instituto de Medicina Experimental, fue  dotada con obras de consulta y publicaciones científicas  periódicas.

  LOS ALUMNOS 

La idea era desarrollar en los alumnos condiciones de  liderazgo en la práctica clínica y en la medicina científica  y propiciar en ellos un pensamiento analítico y crítico.

  Además de enfatizarles la relevancia de las ciencias  médicas básicas, señalarles igualmente el papel tan  importante de las ciencias sociales y de la conducta, de  la ética médica, de la promoción de la salud y la  prevención de la enfermedad, todo lo cual les  garantizaría un comportamiento adecuado en el ejercicio  de la práctica profesional.

  Se procuró siempre un ambiente educativo estimulante  de la diversidad científica e intelectual con flexibilidad  curricular, particularmente aprovechable por los alumnos  altamente motivados con capacidad para continuar su  aprendizaje aún después de egresados.

  Debieran distinguirse por su integridad, carácter, motivación  firme, amplitud, capacidad para el trabajo intenso,  liderazgo, adaptabilidad, tolerancia, sensibilidad, moralidad,  conciencia social, discurso articulado en el lenguaje  simbólico de la ciencia, habilidades de comunicación y de  toma de decisiones.

  En cuanto al currículum, se promovió la integración horizontal  y vertical de las asignaturas que lo constituían, y  en cuanto a la práctica hospitalaria se procuró el más  pronto contacto entre el alumno y el paciente.

  Se estimuló el diseño de métodos adecuados y  coherentes de evaluación de los alumnos, en relación  con los objetivos propuestos en el currículum.

  La estructura curricular abarcaba 12 semestres, los 2 últimos  con internado rotatorio a través de las Clínicas Médica,  Quirúrgica, Pediátrica y Obstétrica.

  LOS PROFESORES 

Se concibió la idea que el profesorado de ciencias  básicas permaneciera a dedicación exclusiva para  cumplir así con  mayor efectividad la dualidad docencia-investigación, particularmente  en Ciencias Fisiológicas.

 A la par que en las  mismas se incorporaron docentes de experiencia provenientes  de la Escuela de Medicina “Luis Razetti” y de la  propia plantilla docente y asistencial del Hospital Vargas,  lo hicieron también otros jóvenes médicos de decidida  vocación por la enseñanza y la investigación.

 Los  liderazgos de los Profesores Francisco Montbrun y  Edmundo Vallecalle Suegart, en Ciencias Morfológicas y  en Ciencias Fisiológicas, respectivamente, del Profesor  Carlos Luis González, en Medicina Preventiva y Social,  del Profesor Blas Bruni Celli, en Anatomía Patológica, de  los Profesores Fernando Rubén Coronil, Otto Lima  Gómez, Jacinto Convit, Jesús Mata De Gregorio,  Francisco Castellanos, entre otros, fueron fundamentales  para cimentar una enseñanza e investigación de calidad.
  Propiamente no fue definida una política de captación del  personal académico, pero los méritos científicos, docentes  y asistenciales, en relación con la misión institucional  del personal docente y de investigación incorporado, en  el cual numerosos profesores poseían una dilatada experiencia,  junto a los más jóvenes, escogidos en base a  concursos abiertos, lograron se formara una plantilla muy  valiosa.

  Si bien no se estableció un programa específico de desarrollo  profesional, algunos docentes e investigadores tuvimos  la oportunidad de acceder, mediante becas y/o año  sabático, a universidades extranjeras de prestigio internacional.

  Varios de los docentes jóvenes, igualmente  mediante becas, cursaron estudios de cuarto nivel y  alcanzaron su doctorado en instituciones universitarias  europeas y norteamericanas de alto rango académico, y  al reincorporarse a la escuela, constituyeron una masa  crítica importante, junto a los docentes veteranos, tanto  en docencia como en investigación.
  Uno de los aspectos más favorecidos fue procurar la mayor  integración entre las cátedras clínicas y las pre-clínicas.

  Experiencias muy interesante en nuestra Cátedra de  Fisiología, fue la incorporación del Profesor Francisco  Castellanos, jefe de la Cátedra de Pediatría, en la  enseñanza de los aspectos fisiológicos del recién nacido  y del niño.

  Al inicio se instauró el régimen semestral, el cual persistió  durante varios años.
 Razones de orden práctico lo  revirtieron a régimen anual.

  Se recuerda, en esos tiempos iniciales, el grado de  compenetración de los alumnos con sus profesores.

 Era  esa una de las razones de la dedicación exclusiva del  personal de Ciencias Básicas.
 El profesor permanecía en  la planta física de la Escuela, durante toda la jornada, en  sus labores de docencia y/o investigación, atento a  cualquier consulta del estudiante, en un ambiente de  mutuo respeto y alta compenetración.

 Pese a las  limitaciones materiales existentes, el uso de los  laboratorios multidisciplinarios y de las aulas compartidas  por las distintas cátedras, permitía a la vez un saludable  intercambio interprofesoral.

 Se adoptaron, sin duda,  modalidades pedagógicas de avanzada para la época.

  REFLEXIONES 

A 41 años de la experiencia fundacional de la Escuela  “José María Vargas”, el autor, cuyos estudios médicos se  efectuaron íntegramente en la Facultad de Medicina de la  Universidad Central de Venezuela y su aprendizaje  clínico en las viejas salas del antiguo y entrañable  Hospital Vargas de Caracas, fue privilegiado con una  beca profesora) en la Escuela de Medicina de la  Universidad de Stanford en los años 1963-64, a la cual  concurrió otra vez en año sabático durante 1978-79.
  Presenció e intervino en los intensos debates previos y  ulteriores a la creación de la Escuela Vargas, como  integrante del tren directivo de la Facultad de Medicina  (Director de la Escuela de Medicina de la Universidad  Central para la fecha), bajo el Decanato del Dr.
 Rafael  José Neri, cuyo interés sobre la misma fue primordial, y  luego como miembros por elección del Consejo de la Facultad.

  Formaba parte del personal docente y de investigación  de la Cátedra de Fisiología de la Escuela de Medicina  de la Universidad Central, y junto a dos de sus compañeros  de dicha cátedra, los Dres. Edmundo Vallecalle  Suegart (lamentablemente fallecido en plena madurez  creadora), y Thibaldo Garrido de Armas, uno de los  Profesores más tempranamente trasladados a la Escuela  Vargas en ciernes.

  Considera como esenciales las múltiples gestiones que  desarrollaron con el loable propósito de la fundación de la  Escuela, los distinguidos Profesores de clínicas del  Hospital Vargas otros que sería largo enumerar.

  Retrospectivamente, el autor considera que hubiese sido  más provechoso para el porvenir de la Escuela, haberla concebido inicialmente con un carácter experimental,  sin las ataduras reglamentarias inherentes a la Ley de  Universidades vigente, con una dinámica de  funcionamiento distinta a las Escuelas tradicionales.

  Ello hubiera permitido una selección más rigurosa del  alumnado, respecto indeclinable al máximo de 60  alumnos por curso, mayor flexibilidad curricular,  acercamiento más expedito a otras instituciones intra y  extrauniversitarias, dentro y fuera del país.

 El autor  quisiera enfatizar este último aspecto.

 Hubiese sido  especialmente provechoso para la Escuela el apoyo  económico de fundaciones privadas y publicas, incluso  algunas de estados Unidos de América; varias escuelas  médicas de América Latina se habían beneficiado  extensamente de esa ayuda (Verbigracia, de las  Fundaciones Rockefeller o Kellogg) entre las cuales  las citadas previamente en este ensayo.

  En cuanto al personal docente del autor, estima que  los profesores incorporados, tanto de ciencias Básicas  como de clínicas, cumplieron un papel acertado en sus  responsabilidades.
  Pese al interés de las autoridades universitarias y de la  Facultad, los trámites administrativos se cumplían con  lentitud, lo cual retardaba resultados de perentoria  necesidad en la escuela de formación.

  Profesores y alumnos nos sentíamos orgullosos de  aquella experiencia educativa y muchos tuvimos  fundadas esperanzas en su destino.

 Se trabajó con  ahínco y tesón, y a veces con incomprensión.

 Fue una  lástima no haber dispuesto a tiempo y desde el propio  comienzo, de mayores y mejores recursos para la  enseñanza la investigación.
 No se profundizó el  intercambio de experiencias con la Universidad de  Stanford, modelo de eficiencia pedagógica y  experimental en sus distintos departamentos, ni se  sostuvo la colaboración que la misma podría haber  prestado.

  En fin, los avatares de la política educativa no  permitieron se alcanzara la escuela médica de  excelencia a la que la mayoría de los profesores  aspirábamos en esos años iniciales.
 Correspondería a  las generaciones que siguieron retomar el camino, bajo  perspectivas tecnológicas que en aquella época ni  siquiera podíamos vislumbrar.

Dr. Ángel González Luque

lunes, 5 de julio de 2010

El Dr Convit continua con su genio y vitalidad brindando salud a sus pacientes


El Dr Convit a pesar de su avanzada edad, nos muestra un vigor, integridad y dedicacion que ya quisieran tener muchos jóvenes. Conduce investigaciones en el avanzado campo de la inmunologia del cancer, desarrollando vacunas terapeúticas que usan el sistema inmunológico del paciente como terapia oncológica para reducir o eliminar tumores

Encuentra más vídeos como este en Escuela de Medicina Jose Maria Vargas

viernes, 12 de marzo de 2010

Luego de 50 años, al Dr. Muci, nadie sabe ahora quien es

Luego de 50 años...

Nadie sabe quién soy, nadie me conoce, a nadie le importa...

¿Fue solo ayer? Decirlo: lugar común. Con mis compañeros, jovencitos y llenos de temores e ilusiones inicié el escabroso camino de la medicina, ese que nunca termina.
Largas jornadas aprendiendo las bases de la profesión; noches en vela memorizando y recordando un nuevo código de palabras, nuestro idioma. Lacerante dolor de no poder hacer nada ante la enfermedad y la muerte, mucho más fuerte que nuestras escasas fuerzas.

La muerte, ese incómodo personaje al que deseamos ignorar, siempre rondando las salas hospitalarias. Vemos morir hombres, vale decir, a nosotros mismos, pues en realidad, es a quienes vemos morir. "Si puedes curar, cura; si no puedes, alivia; si no puedes aliviar, consuela".
Luego de un concurso de credenciales entré como interno en el Hospital Vargas de Caracas, corría el año 1961. Y desde entonces, allí he fijado mi querencia.
La palabra jubilación no existe en mi diccionario. A pesar de la mala vida, jubilarse del hospital porque está viejo y disfuncional, sus pacientes y sus estudiantes, es renunciar a la vida, y la vida sin vida no es vida.
Veo doquier el desgaste y la destrucción infligida por sus propios hijos; si no han colaborado para matarlo al menos han contribuido con su indiferencia.
Es duro entrar cada día al hospital que ya no te recibe con afecto; el portero no contesta tus buenos días, puesto allí para entorpecer, no para ayudar al dolido.
¡Dí la vuelta y entre por la otra puerta!, le dicen a una viejita bizcochuda. Dadle poder a un hombre y verás de qué está hecho.
El sufriente pregunta por mí. Ese señor no trabaja aquí. Es la respuesta. Nadie sabe quién soy y luego de cincuenta años, nadie me conoce, a nadie le importa...
Es difícil consolar cuando el consuelo no nos alcanza a nosotros mismos.

rafael@muci-com, rafaelmuci@gmail.com

--------------------------------------------------------

Opinión, 3:8
sábado 06 de marzo, 2010
Rafael Muci-Mendoza
El Vargas son todos...
Se acercan tiempos de ajuste de cuenta, doctor Vargas. ¡Que Dios le bendiga en su día!
Desperté de un horrible sueño. La falla de Humboldt tronaba solidaria con otras fallas. Había ocurrido el tan anunciado terremoto de Caracas. Todo era caos. Aunque se derrumbaron todos los ranchos insalubres del cinturón de miseria, parece que no hubo daños mayores, pues el catastrófico ya lo había realizado el gobierno chavista.
Desperté sudoso, aterrorizado y taquicárdico. ¿Cómo no estarlo? No por sorpresa nos agarró. El Niño otra vez... Los hospitales públicos, entre ellos mi respetado Hospital Vargas, a diferencia de la epidemia de cólera de 1854 donde jugó rol protagónico, no fue invitado.
La ausencia de quirófanos, la languidez de sus salas y la falta de un relevo generacional, lo mostraban como centenario discapacitado. Otros centros del país, destruidos también por la incuria gubernamental y sus rapiñosos ejecutantes, tampoco pudieron ayudar, ni siquiera aquellos insignias del chavismo, como el Hospital Universitario de Caracas o el Hospital Militar; tal sería la poquedad de sus reservas.

A los 224 años de su nacimiento, el próximo 10 de marzo, en lo alto de su pedestal pude ver en su estatua al sabio Vargas enjugando una lágrima… Ahora cambiado por el Che o por España, pues la dictadura odia la sabiduría, y por envidiar el trabajo fecundo, no lo toleran y lo destruyen. En alianza con los ancianos Castro, pozos de degeneración moral, no hablan cuando el negro Orlando Zapata fallece por inanición en una cárcel isleña; único delito: disidencia. Algo parecido al ¨show mediático¨ de Franklin Brito, condenado a prisión en un hospital donde muchos médicos habríamos renunciado en masa para no ser reos de cargo en la muerte de un inocente.

Se acercan tiempos de ajuste de cuenta, doctor Vargas. ¡Que Dios le bendiga en su día!

rafael@muci.com, rafaelmuci@gmail.com

miércoles, 10 de marzo de 2010

JOSÉ MARÍA VARGAS Y LA PARÁBOLA DE LOS CINCO TALENTOS


[1] Dr Rafael Muci Mendoza
Mateo 25:14-18 ¨Porque el reino de los cielos será también como un hombre que, al emprender un viaje, llamó a sus siervos y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco talentos [2], a otro dos y a otro sólo un talento; a cada uno según su capacidad. Luego se fue de viaje. El que había recibido los cinco talentos fue enseguida y negoció con ellos y ganó otros cinco. Así mismo, el que recibió dos talentos, ganó dos más. Pero el que había recibido uno talento, cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Después de mucho tiempo volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. El que había recibido los cinco talentos llegó con los otros cinco. “Señor,” dijo, “Usted me encargó cinco talentos. Mire, he ganado cinco más” Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!” Llegó también el que recibió dos. “Señor,” informó, “Usted me encargó dos talentos.
Mire, he ganado otros dos” Su señor le respondió, “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco. Después llegó el que había recibido sólo un talento. “Señor,” explicó, “Yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no ha sembrado y recoge donde no ha esparcido. Así que tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la tierra.
Mire, aquí tiene lo que es suyo.” Pero su señor le contestó: ¡Siervo malo y perezoso! ¿Así que sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido? Pues debías haber depositado mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo hubiera recibido con intereses. Quítenle los talentos y dénselos al que tiene los diez. Porque a todo el que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia. Al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil échenlo afuera, a la oscuridad, donde sólo habrá llanto y rechinar de dientes¨.
Atravesando la marquesina del Hospital Vargas de Caracas en dirección al Este, accedo de frente al amplio patio y al pedestal de mármol negro de canteras vecinas a Petare donde se erige la nívea estatua de mármol de Carrara del sabio Doctor José María Vargas (1786-1854), Padre de la Medicina Venezolana, reformador de los estudios médicos en el país y primer presidente civil de la república, sentado en humilde silla de cuero, con la mano izquierda apoyada sobre su corazón y la izquierda elevada oponiendo índice y pulgar en gesto magnánimo de virtud y perdón.
Transcurridos 119 años de la apertura de su Hospital, hoy doncella abusada, desflorada y despreciada, nos invita a los venezolanos y muy especialmente a los médicos a conversar.
Dice, -¨Este Hospital erigido en mi homenaje y muchos otros a lo largo y ancho del territorio patria, hoy por obra de insignificantes hombrecitos llenos de complejos y odio febril y sin realizaciones que mostrar, destruidos en sus cimientos, que quieren tergiversar la historia, enalteciendo a un guerrillero argentino quien en nombre de una justicia social que nunca conoció, asesinó sin juicio previo en Sierra Maestra, Santa Clara y La Cabaña. ¿Cómo les han permitido tanto…? Me pregunto¨
¨La Universidad que yo hice laica y progresista para ayudar al crecimiento de la nación; la medicina que yo reformé e hice científica por mandato de nuestro Libertador Simón Bolívar para que ayudara a todos, ricos y desposeídos, ha sufrido abismal transformación negativa, enseñada ahora como vil estrategia, servil a los más bajos intereses de la política internacional cubana, donde se da a entender que se ayuda cuando sólo se pretende someter mediante la dádiva y cuando al derecho a la salud es ignorado:
El mendrugo engañoso que oculta una precaria, inefectiva e irreflexiva manera de hacer medicina. Los médicos desunidos, sin brújula y sin sextante, ciegos y sordos funcionales, asustados, dicen que no quieren meterse en política y por tanto dejan hacer y se transforman en colaboradores activos de maneras ruines de hacer
¿Es que acaso son de fibra espuria? ¿Es que mi ejemplo de nada les sirvió? Lejos de apoyar a la medicina venezolana y resistir presiones y tentaciones, algunos se van en pos de una Misión Milagro que privilegia a extraños sobre propios; viajan a lugares distantes de América buscando pacientes para ser operados de cataratas en Venezuela cuando ellos muy bien saben, que los suyos propios, olvidados y desesperanzados deberán esperar largas jornadas para ser intervenidos o no serlo nunca. Yo tampoco quise entonces hacer política, pero las circunstancias por las cuales transcurría mi patria, me indujeron a decir con palabra sonora y firme, ¨¡Acepto!¨, echando sobre mis hombros el peso que el pueblo venezolano en ese momento crucial de la historia me exigía¨.
Y mirando desde sus profundas cuencas me increpa, ¨ ¿Qué habéis hecho vosotros con los dones que os trasmití para emplearlos y multiplicarlos de acuerdo a vuestras capacidades?¨
Una gran vergüenza nos invade y nos aprieta el pecho pues sabemos que los talentos no son otra cosa que la responsabilidad que representan los dones naturales con que cada uno de nosotros fue favorecido… No sabemos cómo responderle.
Pero de soslayo vemos en panorámica: Somos cómplices de lenidad, de indiferencia, de comodidad... Un país pródigo en riquezas naturales, como el petróleo, el hierro, con un potencial hidrológico envidiable, hoy día quebrado, desprestigiado y mendicante.
Un país de gente buena, sencilla y acogedora, hoy día poseída por el odio, terrible sentimiento, inoculado adrede en interminables cadenas de televisión por quien en acto de infinita traición realmente no ha vendido la patria, sino que la ha regalado a un par de ancianos decrépitos físicamente, pero aún pletóricos de maldad.
Las fuerzas más oscuras y pestilentes del ser humano, la transfiguración de las Keres, hermanas de Tánatos, amantes de la sangre y asiduas a los campos de batalla, enseñoreadas en todos los estamentos de la patria. Hijos huérfanos de padres vivos haciendo malabares en cada esquina, cinturones de miseria gananciosos al maltrato ciudadano donde la vida es riesgo y peligro y el ser humano nada vale, pasto de balas perdidas, carne de cañón para la violación y el embarazo de adolescentes y la prostitución precoz, mercado fácil para la venta y la adicción a las drogas, escenario de muertes violentas sin castigo –hastío de la cotidianeidad-, coto de viviendas insalubres y niños desnutridos dominio de ratas y microbios de toda ralea...
Aún más arriba, corrupción, ignorancia e ineficiencia manifiesta desde el más alto gobierno, y más abajo también, descarada, disfrazada de viveza criolla; y aún más abajo, la vagancia e improductividad fomentada desde el régimen, escuela de mendigos con mano extendida, para tenerlo todo sin esfuerzo, sin sudor de propia frente; el país sumido en la pérdida catastrófica de valores morales, éticos y espirituales; la constitución, palabra muerta, mancillada cada día sin que nadie pueda, quiera o esté dispuesto a hacer patente el artículo 350 [3] del librito azul, enarbolada en mano zamarra y falaz; maestros y médicos, inanes, con poca o ninguna mística, algunos tratando de ganar dinero mientras alrededor todo se viene abajo, por seguro, amenazando de arrastrarlos a ellos también…
¨¿Qué crees que pienso acerca de la entrega de la soberanía de la salud a la Misión Cubana, a una nación de extraña idiosincrasia y torcidos intereses a quien se ha pagado para que nos invada y pisotee? Yo no cohonestaría el atropello que ante la vista de médicos y extraños del Hospital Militar de Caracas se perpetra en contra de un productor del campo tildado de insano. La tolerancia cobarde y cómplice actual sería incompatible con mi honestidad y rectitud¨.
A pesar de los dos siglos y medio transcurridos desde su nacimiento en La Guaira, de la veneración de su pueblo por la pulcritud y moral de sus ejecutorias, que, por supuesto, produce gran envidia entre quienes nos gobiernan, tal vez recordemos sólo su nombre, no el camino al cual nos invitó a recorrer, el de la perfectibilidad, la honestidad, la moral, la ética y la bondad ciudadana y por sobre todo el compromiso con la patria.
Nuestro glorioso himno nacional nos dice qué hay que hacer si el despotismo levanta la voz… ¡Gritemos con brío, muera la opresión!
Padre, sepultamos los talentos que nos fueron adjudicados, no los hicimos productivos y tal vez merezcamos la oscuridad, donde sólo habrá llanto y rechinar de dientes.
¨Es mío, dice el Hospital Mirando a Vargas.
Es mío, dice la muerte.
Es mío, dice la historia.
Pero el día en que un pensamiento de Vargas se realiza,
¡Es mío! grita el presente.
Y Vargas vuelve a renacer¨
Andrés Eloy Blanco
[1] Caracas, 10 de marzo de 2010. Doctor en Ciencias Médicas. Médico Internista y neuro-oftalmólogo venezolano. Profesor Titular de Clínica Médica. Escuela José María Vargas. Cátedra de Clínica y Terapéutica Médica B. Universidad Central de Venezuela. Director de la Unidad de Neuro-Oftalmología del Hospital Vargas de Caracas. Fellow del American Collage of Physicians. Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina.
[2] El “talento” mencionado aquí es una medida monetaria, equivalente a 6000 denarios, lo cual le tomaría a un trabajador común 20 años en ganar (1 denario era la paga de un día).
[3] Articulo 350: ¨ El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz, y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”
Ana Coromoto Carvajal